Al menos 200 millones de chinos, incluidas miles de empresas de todos tamaños, resultaron afectados por los apagones causados por una crisis energética en el gigante asiático.
La escasez de insumos como el carbón, el déficit de producción de electricidad en diversas provincias y el aumento de la demanda, asociado a la recuperación económica, detonaron cortes parciales o totales en la mitad del país.
David Fishman, especialista en análisis del sector energético chino, dijo que el carbón caro disponible en el mundo agrava esta situación, además de la baja capacidad instalada de generación de electricidad a partir de ese combustible fósil.
Aunque cada año hay zonas del gigante asiático que sufren cortes, su frecuencia ha aumentado desde la segunda mitad del año pasado.
La situación se ha vuelto particularmente severa este mes desde el cinturón metalúrgico del norte a las factorías del sur, ya que han tenido que imponer restricciones al no poder atender su demanda.
Ante esto, las autoridades han elaborado un sistema con el cual las diferentes plantas manufactureras deben parar o reducir considerablemente su intensidad energética dependiendo de su actividad y dónde estén localizadas.
Estas medidas afectan a gigantes como Tesla o Apple, que han visto como alguno de sus proveedores han cerrado por varios días.