El gobierno chino renovó su histórico acuerdo con el Vaticano sobre el nombramiento de los obispos, pese a las advertencias de Estados Unidos, que denuncian la represión que según Washington sufren los católicos de China.
China y el Vaticano han decidido, tras consultas amistosas, prolongar por dos años el acuerdo temporal sobre el nombramiento de obispos”, dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Zhao Lijan.
Pekín y el Vaticano firmaron en septiembre de 2018 un acuerdo provisional y renovable en octubre de 2020 que deseaba poner fin a cerca de 70 años de tensiones por la espinosa cuestión del nombramiento de los obispos.
Al confirmar este acercamiento con China, la Santa Sede ignora las críticas de Estados Unidos, que le había pedido no renovar ese acuerdo bilateral.
El acuerdo entre China y el Vaticano no ha protegido a los católicos ante las acciones del Partido comunista chino”, denunció el pasado mes el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo.
Justo antes de la renovación del acuerdo con Pekín, la mano derecha del Papa Francisco, el cardenal Pietro Parolin, declaró a la prensa estar contento por ello.
Desde luego, hay numerosos problemas que el acuerdo no intentaba resolver” aseguró Pietro Parolin.
Los 12 millones de católicos de China están desgarrados entre una iglesia clandestina, llamada “subterránea”, que solo reconoce la autoridad del Papa, y la iglesia “oficial”, sometida al régimen.