La gente hace largas colas frente a las oficinas de migración en Beijing este lunes, ansiosa por renovar sus pasaportes, después de que China eliminó los controles fronterizos por COVID-19 que habían impedido en gran medida viajar a sus mil 400 millones de residentes durante tres años.
La reapertura del domingo es uno de los últimos pasos en el desmantelamiento de China de su régimen “cero COVID”, que comenzó el mes pasado después de protestas históricas contra las restricciones que mantuvieron a raya al virus, pero causaron una frustración generalizada entre su gente.
Mientras esperaba renovar su pasaporte en una fila de más de 100 personas en la capital de China, el jubilado de 67 años, Yang Jianguo, dijo que planeaba viajar a Estados Unidos para ver a su hija por primera vez en tres años.
“Se casó el año pasado, pero tuvo que posponer la ceremonia porque no pudimos asistir. Estamos muy contentos de poder ir ahora”, comentó Yang.
Se fortalecen los mercados
Asimismo, los mercados monetarios y bursátiles de China se fortalecieron este lunes, ya que los inversores apostaron a que la reapertura podría ayudar a revitalizar una economía de 17 billones de dólares que sufre su crecimiento más bajo en casi medio siglo.
Se espera que la medida de Beijing para eliminar los requisitos de cuarentena para los visitantes impulse los viajes al extranjero, ya que los residentes no enfrentarán esas restricciones cuando regresen.
Pero los vuelos son escasos y varias naciones exigen pruebas negativas a los visitantes de China, buscando contener un brote que está abrumando a muchos de los hospitales y crematorios de China. China también requiere pruebas COVID-19 negativas antes de la salida de los viajeros.
Los principales funcionarios de salud y los medios estatales de China han dicho repetidamente que las infecciones por COVID-19 están alcanzando su punto máximo en todo el país y están minimizando la amenaza que ahora representa la enfermedad.
“¡La vida está avanzando de nuevo!”, escribió el periódico oficial del Partido Comunista, el Diario del Pueblo, en un editorial elogiando las políticas de virus del Gobierno a última hora del domingo, que dijo que habían pasado de “prevenir infecciones” a “prevenir enfermedades graves”.
Muertes por COVID-19
Oficialmente, China ha informado solo 5 mil 272 muertes relacionadas con COVID-19 hasta el 8 de enero, una de las tasas más bajas de muerte por la infección en el mundo.
Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dicho que China está subestimando la magnitud del brote y los expertos internacionales en virus estiman que más de un millón de personas en el país podrían morir a causa de la enfermedad este año.
Haciendo caso omiso de esos pronósticos sombríos, las acciones asiáticas subieron a un máximo de cinco meses este lunes, mientras que el yuan de China se afirmó a su nivel más fuerte frente al dólar desde mediados de agosto.
Además, el índice de primera clase de China (.CSI300) ganó 0.7%, mientras que el índice compuesto de Shanghái (.SSEC) subió 0.5% y el índice Hang Seng de Hong Kong (.HSI) 1.6%.
“El fin de la política de ‘cero COVID’ tendrá un gran impacto positivo en el gasto interno. Creemos que hay muchas oportunidades para aquellos comprometidos con invertir en China”, informó este lunes Ralph Hamers, director ejecutivo del grupo UBS.
Gran alivio
“Es un gran alivio poder volver a la normalidad volver a China, bajar del avión, tomar un taxi y volver a casa”, dijo Michael Harrold, de 61 años, editor de estilo en Beijing.
Asimismo, comentó que había estado anticipando tener que ponerse en cuarentena y hacer varias rondas de pruebas a su regreso cuando se fue a Europa para las vacaciones de Navidad a principios de diciembre.
Por su parte, la emisora estatal CCTV informó el domingo que los vuelos directos desde Corea del Sur a China estaban casi agotados. El informe rápidamente se convirtió en el artículo más leído en el sitio de redes sociales chino Weibo.
En el corto plazo, un aumento en la demanda de los viajeros se verá obstaculizado por la cantidad limitada de vuelos hacia y desde China, que actualmente se encuentran en una pequeña fracción de los niveles anteriores a COVID-19.
Mientras tanto, los datos de Flight Master mostraron que el domingo, China tuvo un total de 245 vuelos internacionales entrantes y salientes, en comparación con 2 mil 546 vuelos el mismo día en 2019, una caída de 91%.
Korean Air dijo a principios de este mes que detendría un plan para aumentar los vuelos a China debido a la postura cautelosa de Seúl hacia los viajeros chinos.
Corea del Sur, como muchos otros países, ahora requiere que los viajeros de China, Macao y Hong Kong proporcionen resultados negativos de la prueba COVID-19 antes de la salida.
Taiwán, que comenzó a evaluar a las llegadas de China el 1 de enero, informó que casi 20% de los evaluados hasta ahora dieron positivo por COVID-19.
Se espera que los ingresos del turismo interno de China en 2023 se recuperen a 70 o 75% de los niveles anteriores a COVID-19, pero se prevé que la cantidad de viajes entrantes y salientes se recuperen a solo el 30 o 40% de los niveles anteriores a la pandemia este año.