Cientos de personas migrantes de Cuba, Nicaragua y Haití opinaron que con el cierre de la frontera será más difícil que sus peticiones de asilo sean procesadas, lo que significaría menos oportunidades de un mejor futuro y tendrán que volver a su país.
Algunas personas cubanas migrantes no se hacen a la idea de que no serán aceptadas si antes no tramitan una visa para migrantes regular en la Embajada de Estados Unidos en La Habana.
“Lánzame para donde tú quieras, que nuevamente vuelvo, porque quiero bienestar para mis hijos. Yo quiero que el presidente de Estados Unidos nos de la oportunidad a mí y mi familia, de estar allá”, mencionó un migrante cubano.
El Consulado de Estados Unidos en la capital Cubana reanudó desde el cuatro de enero la expedición de visas a ciudadanos y ciudadanas cubanas, que cuentan con un patrocinador o familiar en la Unión Americana y viajen vía aérea a fin de evitar cruzar la frontera con México o llegar en balsa a Florida.
“Ya, entramos, todo fue muy rápido y ya tengo qué buscar la visa y ya puedo viajar”, expresó Melissa Vázquez, habitante de La Habana, Cuba.
El pasado 6 de enero, el gobernador republicano de Florida, Ron De Santis, desplegó a la Guardia Nacional a los cayos al sur de ese estado para hacer frente a las balsas que llegan con personas migrantes de Cuba y Haiti.
Desde México, cada vez más nicaragüenses, han retornado desde México a Managua, para iniciar el trámite.
La administración de Joe Biden podría ampliar su plan de ingresos regulares a solicitantes de asilo de otras nacionales, así lo afirmó el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan.
Por su parte, el gobernador de Colorado, Jared Polis, suspendió el envío de personas migrantes a Nueva York y Chicago, después de que así se lo pidieron las autoridades de esas ciudad que tienen rebasados sus albergues.