Después de una lucha que duró 21 años, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) deliberó a favor de Jineth Bedoya, periodista colombiana que fue víctima de secuestro, tortura y violación, cuando fue interceptada a las puertas de la Cárcel “La Modelo” por paramilitares.
Las audiencias iniciaron desde marzo. En agosto se dictó una sentencia mediante la cual la Corte declaró la responsabilidad internacional del Estado de Colombia por la violación de los derechos a la integridad personal, libertad personal, honra, dignidad y libertad de pensamiento y expresión de la periodista. No obstante, deliberó a favor de la periodista.
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La Corte ordenó al Estado colombiano una serie de medidas de reparación que incluyen medidas simbólicas y garantías de no repetición, por los daños causados a la periodista y a su mamá Luz Nelly Lima.
Las medidas incluyen investigar, juzgar y sancionar a los responsables de los delitos, la creación del Centro de Investigación “No Es Hora de Callar”, el manejo y la generación de datos y cifras sobre violencia contra periodistas, así como el financiamiento a programas de protección y asistencia a mujeres periodistas víctimas de violencia.
El reconocimiento de la responsabilidad del estado Colombiano es un avance en la reparación de los daños, ya que en el marco del conflicto armado interno, se suscitaron graves violaciones a los derechos humanos entre los que resaltan las víctimas de violencia sexual.
Los hechos
Jineth Bedoya, entre 1999 y 2000, trabajó en la emisora RCN radio y luego en el periódico El Espectador. Sus investigaciones se enfocaban en tráfico de armas y compra-venta de secuestros, además de otras violaciones de derechos humanos que se cometían en ‘La Modelo’, uno de los centros penitenciarios más peligrosos del mundo.
En este recinto carcelario convergían paramilitares, guerrilleros, narcos y crimen organizado. En sus investigaciones, la periodista encontró la confabulación de agentes del Estado con estos grupos para proveer de armas a grupos paramilitares de las FARC.
La periodista comenzó a sufrir amenazas desde 1998. Un año después, ella y su madre sufrieron un atentado que no fue investigado.
El 27 de abril del 2000, hubo una masacre en ‘La Modelo’ y la periodista ingresó a la cárcel para realizar su trabajo. Posteriormente denunció ante la policía, pero esta instancia le indicó que para terminar con las amenazas debía entrevistarse con un jefe paramilitar. Fue una trampa.
Jineth fue secuestrada en la entrada de “La Modelo” cuando asistió a dicha entrevista. Fue torturada y víctima de violencia sexual masiva. Después de 10 horas fue abandonada sobre la carretera.
Desde entonces, la periodista fue sometida a constantes amenazas, intimidaciones y persecuciones. Sus fuentes, incluso fueron hostigadas y una de ellas fue asesinada.
La Fiscalía paralizó su caso por 11 años y el expediente fue extraviado cuando la periodista encontró que la persona que ordenó su secuestro fue un alto funcionario de la policía en complicidad con organizaciones criminales.
En 2003 fue secuestrada por el Frente 44 de las FARC junto al reportero gráfico con el que trabajaba. Su cautiverio duró ocho días. Posteriormente sufrió amenazas, persecución, y sus telecomunicaciones fueron intervenidas desde entonces.
En 2009, la periodista denunció la violencia sexual en Colombia y contó públicamente su historia. Desde entonces, lidera la campaña ‘No es hora de callar’, un proyecto en donde las mujeres denuncian agresiones sexuales y violencias de género.
Hasta 2011, Bedoya Lima denunció al Estado Colombiano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), pero fue hasta 2014 que la Comisión aceptó el caso.
Ese mismo año, Juan Manuel Santos emitió el decreto presidencial para instaurar el 25 de mayo como “Día por la Dignidad de las Víctimas de Violencia Sexual en el Marco del Conflicto Armado Interno”, una iniciativa de la reparación de los daños para la periodista.
En 2015, comenzaron las indagatorias sobre los delitos sexuales perpetrados durante el conflicto armado colombiano.
Según datos del Observatorio de Memoria del Conflicto, entre 1958 a 2016 (período en el que se reconoce a las víctimas del conflicto armado según la Ley 1448) se registraron 14 mil 982 casos de violencia sexual y 15 mil 076 víctimas de violencia sexual.
Colombia es uno de los países en donde se han cometido más delitos de violencia sexual, como un arma de guerra, en el marco de un conflicto armado.
8 de cada 10 mujeres periodistas, según fuentes de la campaña que encabeza Jineth, abandonaron sus fuentes por miedo a ser víctimas de algún tipo de violencia.