El Gobierno de Colombia y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) reanudaron este día las negociaciones para construir la paz, después de que fueron suspendidas en 2019, por el entonces presidente de este país, Iván Duque.
En un comunicado en conjunto, ambas partes anunciaron que delegados del actual presidente, Gustavo Petro, y el ELN acordaron reanudar con plena voluntad política y ética el proceso de diálogo como “demanda la gente de los territorios rurales y urbanos que padecen la violencia y la exclusión y otros sectores de la sociedad”.
Estas reuniones, dijeron, tienen como fin “construir la paz a partir de una democracia con justicia y con cambios tangibles, urgentes y necesarios que esta mesa acuerde”.
Ambas partes agradecieron también la persistencia, el compromiso y presencia de los países que actúan como garantes de las conversaciones: Cuba, Noruega y Venezuela, sede de este primer contacto.
Iván Cepeda Castro fue designado por Gustavo Petro como como parte de la delegación de diálogos de paz con el ELN, y se manifestó en redes:
“Considero que el máximo honor para un ciudadano en nuestro país es poder actuar en un proceso de esta naturaleza. Cumpliré con la responsabilidad que eso implica, dijo en redes Cepeda Castro.
Lo vamos a lograr, la paz total será posible: pic.twitter.com/wvnoFzPHNS
— Iván Cepeda Castro (@IvanCepedaCast) November 21, 2022
En octubre, tras una reunión en Caracas, representantes de Gustavo Petro y el ELN acordaron restablecer el proceso con sedes rotativas entre las naciones garantes, con la meta de retomar las negociaciones interrumpidas en enero de 2019 por Duque, tras un ataque contra una escuela policial que dejó 22 muertos.
Diálogos de paz en gobiernos anteriores
De acuerdo con medios de comunicación, Duque acabó esas conversaciones tras un atentado de la guerrilla en la que murieron 24 militares jóvenes. García insistió en que los acuerdos deben respetarse.
Además, dijo que los gobiernos colombianos no se aplicaron a fondo para defender los procesos de paz, dejaron por fuera otros actores armados, incluyendo fuerzas paramilitares.
El conflicto siguió y algunas administraciones no se preocuparon por proteger a los firmantes. Unos desmovilizados de las FARC crearon el Partido Unión Patriótica en los años 80 para participar en política.
En menor grado ocurrió con el M-19, la guerrilla a la que perteneció Petro como activista social. Algunos de sus exmilitantes también fueron asesinados, entre ellos, su candidato presidencial, Carlos Pizarro.
El ejército y fuerzas paramilitares, en ocasiones trabajando de manera conjunta, se han opuesto a darle espacio político a los guerrilleros que abandonan las armas. En el caso de las FARC, la que fue la guerrilla más poderosa de Latinoamérica, más de 300 firmantes del acuerdo de 2016 han sido asesinados.
Por ello, García espera que este proceso tome un camino distinto y consideró que debe abrirse una discusión más de fondo sobre las verdaderas causas del conflicto.