Los combates continúan y complican los intentos de llevar ayuda a la región del Tigré, en el norte de Etiopía, escenario de un conflicto armado desde hace un mes, señaló el viernes la ONU.
La región de Tigré se ha visto privado de suministros desde el 4 de noviembre, cuando el primer ministro etíope Abiy Ahmed envió al ejército federal al asalto de las fuerzas del Frente de Liberación del Pueblo de Tigré (TPLF), partido que gobierna la región y desafiaba su autoridad desde hacía meses.
El miércoles, las Naciones Unidas firmaron un acuerdo con el gobierno etíope para posibilitar el acceso humanitario en la región “sin restricciones”, permiso que venían pidiendo desde hace varias semanas, advirtiendo sobre una posible catástrofe humanitaria.
Tenemos noticias de que continúan los combates en varias partes de Tigré. Es una situación preocupante y compleja para nosotros”, dijo a la AFP Saviano Abreu, portavoz de la Oficina de Coordinación de la Asistencia Humanitaria de las Naciones Unidas (OCHA).
Hace casi una semana, Abiy Ahmed proclamó la victoria afirmando que la operación militar había sido “llevada a cabo” y que los combates habían concluido, tras la toma anunciada de la capital regional Mekele por parte de las tropas gubernamentales, que supuestamente controlan ahora la casi totalidad de Tigré.
El viernes, las evaluaciones de seguridad en la región todavía están en curso y tres funcionarios de las Naciones Unidas precisaron que no esperan que la ayuda llegue a destino antes de la próxima semana.
Cuatro semanas de combates han obligado a unas 45 mil 500 personas a huir a Sudán, pero también han desplazado a un número indeterminado de hombres, mujeres y niños dentro de Tigré.