Día y noche, misiles y cohetes atraviesan el cielo hasta destruir su objetivo, casi siempre del lado palestino.
Israel y su escudo antimisiles han detenido casi todos los ataques de Hamás. En Gaza los bombardeos no respetan refugios, hospitales ni viviendas.
“Esto es insoportable, son sólo niños pequeños inocentes, mujeres y ancianos están siendo asesinados mientras duermen. Son crímenes horribles, ¿qué pasó con los derechos humanos”, dijo Sami Zanoun, habitante de Rafah.
Dos días después de la masacre en un hospital de Gaza, que asesinó a casi 500 personas, las autoridades palestinas denunciaron que una bomba cayó en una iglesia griega ortodoxa donde había decenas de refugiados.
Miles de muertos han dejado sin espacio las morgues.
Irónicamente, en las camionetas de helados con carteles de niños felices, ahora, hay decenas de cuerpos esperando ser identificados.
Quienes logran hallar a sus hijos, padres, madres o esposas muertas, sepultan los cuerpos en lugares disponibles.
En paralelo, Egipto prepara la entrada de ayuda humanitaria para este viernes por el cruce de Rafah.
“No puedes imaginar lo terrible que es nuestra situación. Carecemos de necesidades humanas básicas: no hay electricidad y el agua potable es salada. Como puedes ver, estamos haciendo todo lo posible para calmar a nuestros hijos por cualquier medio”, comentó Hanaa Abu Sharkh, desplazada interna de Gaza.
Después del 7 de octubre, la Franja de Gaza sufrió el corte del suministro eléctrico, hasta que sólo quedó el 10% de su iluminación, según el centro de satélites de la ONU.
Tres imágenes muestran el territorio en oscuridad. Fueron tomadas el 14 de septiembre, antes del ataque, y las otras dos el 11 y 12 de octubre.
En Israel, el ministro de defensa Yoav Galant, visitó a las tropas desplazadas a lo largo de la frontera con la Franja de Gaza. Dio órdenes precisas para la inminente invasión a Gaza.
Estados Unidos emitió una alerta mundial de seguridad para sus ciudadanos, ante el aumento de tensiones en varias partes del mundo.