La Cámara de Representantes de Estados Unidos, controlada por los demócratas, dio su aprobación final este viernes a un paquete de ayuda de 45 mil millones de dólares para Ucrania, mientras el presidente Volodymyr Zelenski regresaba de Washington con la promesa de misiles Patriot para ayudar a defenderse de Rusia.
La medida, parte de un proyecto de ley de financiación del gobierno de 1.66 billones de dólares que aprobó el Senado un día antes, irá ahora al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para que la promulgue.
La asistencia militar y económica sigue a la ayuda estadounidense por valor de alrededor de $50 mil millones enviada a Ucrania este año, así como a las sanciones impuestas a Rusia por Occidente que ahora incluyen un límite en los precios del petróleo ruso.
Rusia respondió al límite el viernes amenazando con reducir la producción de petróleo entre 5% y 7% a principios del próximo año mediante la suspensión de las ventas a los países que apoyan la medida.
Zelenski ha buscado durante mucho tiempo misiles tierra-aire Patriot para ayudar a contrarrestar los ataques aéreos rusos, que arrasaron ciudades, pueblos y aldeas durante 10 meses de conflicto y cortaron el suministro de energía y agua en todo el país durante los últimos tres meses.
El Kremlin dice que Rusia ha hecho un progreso significativo hacia la ‘desmilitarización‘ de Ucrania.
Zelenski dijo en su canal de Telegram: “Volvemos de Washington con… algo que realmente ayudará”.
Los funcionarios estadounidenses dicen, sin embargo, que la única batería Patriot que el presidente Joe Biden le dijo a Zelenski que se suministraría a Ucrania no cambiaría el curso de la guerra.
Washington y sus aliados no han estado dispuestos a suministrar a Kyiv tanques de batalla modernos y misiles de largo alcance llamados ATACMS que podrían llegar mucho más allá de las líneas del frente y dentro de la propia Rusia.
Kyiv y la administración de Biden temen que retener el apoyo del Congreso de EUA para la ayuda pueda volverse más complicado cuando los republicanos obtengan una pequeña mayoría en la Cámara en el nuevo año: algunos republicanos de derecha se oponen a la ayuda y otros legisladores han pedido una supervisión más estricta.
El presidente ruso, Vladimir Putin, visitó el viernes la ciudad de Tula, conocida por la fabricación de armas, donde se le mostró diciéndoles a los jefes de la industria de defensa que aumenten la producción de armas para el frente.
En Bakhmut, una ciudad del este de Ucrania que se ha convertido en el objetivo de los intentos rusos de avanzar en las últimas semanas en combates que han matado a miles de soldados, Valerii Deriukha, de 55 años, fue uno de los pocos residentes que no huyó.
Estaba cortando ramitas para hacer leña con un hacha pequeña, mientras explosiones metálicas de artillería resonaban en el aire.
El sistema de defensa antimisiles Patriot se ve en el aeropuerto de Sliac, cerca de Zvolen
“Ves con tus propios ojos cómo es la vida aquí. ¿Que vida? Es la guerra”, dijo. Habían volado dos pisos de un edificio cercano. “¿Cómo es la vida? Lo ves por ti mismo”.
Refuerzos reportados
Ucrania ha expulsado a las fuerzas rusas de las áreas alrededor de su capital Kyiv y la segunda ciudad más grande, Kharkiv. Moscú ahora se concentra en aferrarse a las áreas que ocupan sus fuerzas en el sur y el este de Ucrania, alrededor de una quinta parte del país.
Las fuerzas ucranianas repelieron los ataques en al menos 17 asentamientos en el este de Ucrania, dijo su estado mayor el viernes temprano.
Agregó que las fuerzas del Kremlin habían lanzado 12 ataques aéreos y con misiles, incluso contra objetivos civiles, lejos de las líneas del frente en el este y sureste de Ucrania.
El alcalde exiliado de Melitopol en el sur, ocupada por los rusos, dijo que se habían llevado más tropas rusas a la ciudad y que estaban fortaleciendo las fortificaciones, y que ahora los residentes solo pueden salir a pie.
Un coche bomba estalló en la ciudad más temprano ese día, agregó Ivan Fedorov en su rueda de prensa en línea.
Las fuerzas rusas bombardearon la región sur de Kherson 61 veces en 24 horas, la mitad de ellas dentro de la ciudad de Kherson, matando a una persona, dijo el gobernador Yaroslav Yanushevich. Rusia se retiró de esa ciudad el mes pasado.
En la región vecina de Zaporizhzhia, un gobernador instalado por Rusia, Yevgeny Balitsky, dijo que el bombardeo de la planta de energía nuclear allí “casi se detuvo”, pero que las tropas rusas no se irían.
Ucrania y Rusia se han acusado mutuamente de arriesgarse a un desastre nuclear en los combates cerca de la planta, la más grande de Europa, y Naciones Unidas ha pedido una zona segura allí.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), que pidió una zona segura alrededor de la planta para reducir el riesgo de un desastre nuclear, dijo que las conversaciones con las dos partes estaban progresando en el tema.