El Consejo de Derechos Humanos de la ONU exigió este viernes la liberación inmediata de la derrocada jefa del Gobierno de Myanmar, Aung San Suu Kyi, aumentando la presión sobre los militares que tomaron el poder.
Una resolución en este sentido fue adoptada sin votación, al término de una sesión extraordinaria de los 47 Estados miembros del CDH, organizada a petición de la Unión Europea (UE) y del Reino Unido.
China y Rusia, apoyos tradicionales del ejército birmano, se distanciaron del consenso tras la adopción de la resolución, así como Venezuela, Bolivia y Filipinas.
Durante el debate, la ONU anunció que seguía de cerca la situación de “más de 350 responsables políticos, representantes del Estado, activistas y miembros de la sociedad civil como periodistas, monjes y estudiantes, que están detenidos” desde el golpe de Estado perpetrado el 1 de febrero.
“El mundo entero mira” la represión en Birmania, advirtió Nada Al Nashif, adjunta a la Alta Comisionada, Michelle Bachelet, considerando “inaceptable” el uso de la fuerza contra los manifestantes.
Al Nashif lamentó también “las medidas draconianas tomadas para impedir las reuniones pacíficas y limitar la libertad de expresión”, así como el despliegue policial y militar en las calles.
Los derechos humanos tienen que ser respetados. Se debe evitar la violencia”, declaró el embajador portugués Rui Macieira, en nombre de la UE.
El texto adoptado el viernes por el CDH “pide urgentemente la liberación inmediata y sin condiciones de todas las personas detenidas arbitrariamente, incluyendo a la consejera de Estado Aung San Suu Kyi y al presidente Win Myint […] así como el levantamiento del estado de emergencia”.
Al contrario de lo que preveía el proyecto de resolución, el texto aprobado no insta al relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Myanmar que visite el país a la mayor premura para hacer una evaluación. De todos modos, era poco probable que Myanmar aceptara esa visita.
Lamentamos que durante tanto tiempo se haya vetado la presencia de nuestra oficina en Myanmar y pedimos vehementemente a las autoridades militares que otorguen a la Alta Comisionada y al relator especial (…) un acceso ilimitado e inmediato”, declaró Nada Al Nashif.