Durante su segundo mandato, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado numerosas órdenes ejecutivas para evitar el paso de sus iniciativas por el Congreso, aseguran especialistas.
Esto a pesar de que los republicanos son mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado, y no encontraría oposición para su aprobación.
Son más de 300 decretos que van desde la aplicación unilateral de aranceles, medidas antiinmigración, designación de cárteles como organizaciones terroristas.
Hay otras de política interna como recortes de personal, cambio climático, diversidad y género, así como el retiro de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las órdenes ejecutivas en Estados Unidos tienen los mismos efectos de una ley, pero pueden ser revocadas por los tribunales e impugnadas por gobiernos estatales y grupos de la sociedad, afectados por esas medidas.
Cortes locales frenan a Trump
Las Cortes locales están frenando a Trump, pero la Corte Suprema, de mayoría conservadora, le ha dado la razón en algunos de sus decretos.
Los demócratas en el Congreso han cuestionado las políticas del presidente Trump.
“La Corte Suprema no puede detenerlo. Los republicanos que controlan la Cámara de Representantes y el Senado no lo harán. Tenemos un presidente autoritario. Cuando se tiene un presidente autoritario, se cuenta con un Tribunal de última instancia”, dijo el representante demócrata, Al Green.
Entre los casos más destacados y polémicos, el 30 de mayo, el máximo tribunal le permitió a Trump terminar con el parole humanitario que protegía de la deportación a más de medio millón de personas migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.
Actualmente, la Corte Suprema analiza los casos presentados por el gobierno de Trump para cancelar la ciudadanía por nacimiento, y otro que le permita operar despidos masivos en Agencias Federales.