De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, la crisis humanitaria, en la frontera entre Colombia y Panamá se agudiza por la llegada masiva de al menos 10 mil migrantes, entre venezolanos, haitianos, africanos y asiáticos, quienes están varados en el puerto colombiano de “Necocli”, en espera de cruzar a la Selva del Darién y seguir su camino hacia Estados Unidos.
Darién, en la frontera entre Panamá y Colombia, de 266 km, se ha convertido en un corredor para los migrantes que, provenientes de Sudamérica, tratan de cruzar América Central hacia Estados Unidos. En esta jungla virgen, de 575 mil hectáreas, los viajeros enfrentan múltiples peligros, como animales salvajes, ríos caudalosos y grupos criminales.
Más de 160 mil migrantes cruzaron en lo que va del 2022 la selva panameña, un registro que superó el récord de 2021, cuando lo hicieron 133 mil personas, más que el acumulado en toda la década anterior.
“Yo vengo con mi esposo, vengo con mis cinco hijos menores de edad, una de mis hijas está embarazada”, declaró Tibizay Martínez.
Asimismo, Colombia hace parte de la ruta de los migrantes hacia el norte del continente. Haitianos, cubanos, africanos y asiáticos también cruzan el Darién caminando. “Llegan cerca de 2 mil 500 migrantes diarios, en su mayoría venezolanos. Hemos visto que cada cuarto horas arriban alrededor de 15 buses que los llevan hasta el puerto”, agregó el ministro de Seguridad de Panamá, Juan Pino.
Apoyo ante ONU
El representante de la ONU para refugiados y migrantes venezolanos, Eduardo Stein, pidió en Panamá el “apoyo urgente” de la comunidad internacional para ayudar a los países latinoamericanos y caribeños que enfrentan el movimiento forzado de personas más grande de la historia del subcontinente.
“Mientras el mundo enfrenta numerosas crisis humanitarias, las personas venezolanas y sus comunidades de acogida no deben ser olvidadas”, dijo Stein durante la presentación de un estudio que advirtió de la situación de precariedad que padecen los migrantes de Venezuela.
Pese a los esfuerzos, dijo, de los 5.9 millones de refugiados y migrantes venezolanos acogidos en 17 países de América Latina y el Caribe, 4.3 millones -tres cuartas partes-, enfrentan dificultades para acceder a alimentos, vivienda, salud y empleo estable, destacó el estudio.
El estudio fue presentado por la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V), integrada por más de 200 organizaciones, entre ellas la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
“Se trata del movimiento forzado de personas más grande de la historia del subcontinente, de un país que no está en guerra y de un país de los mejor dotados económicamente de todo el subcontinente”, precisó Stein.
Despido de Erika Mouynes
El gobierno de Panamá relevó este lunes a la canciller Erika Mouynes, quien días antes pidió apoyo internacional para enfrentar una ola migratoria en su país. En su lugar asumió Janaina Tewaney Mencomo, actual ministra de Gobierno.
La administración del presidente Laurentino Cortizo, que agradeció a Mouynes por los servicios prestados, no detalló los motivos del cambio.
La semana pasada, durante su participación en la 52 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Mouynes aseguró que actualmente el continente enfrenta una “ola migratoria venezolana” que atraviesa por la selva del Darién, en su frontera con Colombia, pasando de 2 mil ciudadanos venezolanos recibidos en el 2021 a 111 mil en lo que va del año.
Es “un aumento sin precedentes. Todos ellos buscan llegar por tierra a Estados Unidos y cruzan la selva “engañados por el crimen organizado”, dijo Mouynes.
Según versiones de prensa, la salida de Mouynes ocurre por una presunta negativa de su parte a apoyar a un candidato del gobierno para la dirección de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).