El avión indonesio que se estrelló el 9 de enero en el mar con 62 personas a bordo presentaba fallos en su sistema de aceleración automática, según han concluido los investigadores, que dan cuenta de una serie de anomalías que ya habían requerido de arreglos en el pasado.
El avión, un Boeing 737-500 de la compañía Sriwijaya Air, tenía problemas en los aceleradores de los motores tanto izquierdo como derecho, hasta el punto de que en el caso de este último no se movía en absoluto, estaba atascado”, explicó el portavoz del Comité de Seguridad en el Transporte, Nurcahyo Utomo.
Los investigadores; sin embargo, no han podido determinar que esto fuese la causa del siniestro.
¿Qué provocó esta anomalía? No hemos llegado todavía a ninguna conclusión”, comentó Nurcahyo Utomo.
El informe completo no se conocerá en principio hasta principios de 2022 y los servicios de emergencia aún no han podido localizar la grabación de las conversaciones en cabina, en la que los investigadores esperaban encontrar más respuestas a los motivos del siniestro.
El siniestro fue el tercero sufrido por una aerolínea indonesia desde 2014, cuando un avión de AirAsia Indonesia se estrelló en el mar de Java con 162 personas a bordo el 28 de diciembre.
En octubre de 2018, un Boeing 737 MAX de Lion Air cayó en el mismo mar con 189 pasajeros y tripulantes.