La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos detuvo a casi 92 mil migrantes centroamericanos en 2021, y en septiembre pasado, la cifra se redujo a casi 36 mil, lo que representa una disminución del 71%, aseguraron las autoridades.
En la Cámara de Representantes, la Patrulla Fronteriza demandó a legisladores republicanos más presupuesto para vigilar las fronteras y aprobar una reforma a la Ley de Migración para evitar más ingresos de indocumentados.
“Necesitamos un cambio que reforme nuestra ley migratoria para conseguir un equilibrio entre la migración y la seguridad fronteriza y necesitamos realmente hallar una solución”, explicó Gloria Chávez, jefa de la Patrulla Fronteriza, sector Texas.
Mientras, los republicanos insistieron en que la administración Biden mantiene una política de “puertas abiertas” que permite el ingreso de indocumentados y drogas a la Unión Americana.
En julio del año pasado, la vicepresidenta Kamala Harris lanzó una estrategia para luchar contra las causas de la migración en Centroamérica (Honduras, El Salvador y Guatemala), de donde proceden la mayoría de los migrantes.
Desde entonces su número disminuyó al tiempo que aumentaba el de migrantes de Venezuela, Nicaragua, Cuba o Haití, para quienes el presidente Joe Biden pactó con México una nueva política en virtud de la cual dejará entrar a 30 mil por mes, siempre que presenten una solicitud desde el país donde se hallen, cuenten con un patrocinador en Estados Unidos y lleguen por avión.
En cualquier caso, por el momento Estados Unidos bloquea a la inmensa mayoría de los migrantes en la frontera si no disponen de la documentación requerida para entrar.
La funcionaria gubernamental atribuye el descenso de las llegadas de Centroamérica a la reanudación de programas humanitarios, el aumento de visas de trabajadores temporales, la “excelente cooperación de expulsión” con esos países y la lucha contra las redes del tráfico de personas”.
Biden, quien propuso una vía hacia la ciudadanía para 11 millones de migrantes que no se ha concretado, decidió combatir las olas de migrantes abordando sus “causas fundamentales”, una tarea que encomendó a su vicepresidenta para fomentar una política que rompiera con la línea dura de su predecesor, el republicano Donald Trump.
“El Congreso debe arreglar nuestro sistema migratorio roto y debe proporcionar los fondos necesarios para la seguridad fronteriza”, insistió este lunes Harris al comienzo de una mesa redonda con la Alianza para Centroamérica, que reúne a líderes del sector público y privado.
La estrategia del gobierno se basa en tres principios: la población no migra si no se ve obligada a hacerlo, hay que colaborar con otros gobiernos y con el sector privado y, por encima de todo, hay que “promover la buena gobernanza, reducir la violencia y empoderar a las mujeres”, insistió la vicepresidenta.