Tras protestas de miles de ciudadanos que salieron a las calles de Cuba para exigir libertades civiles, alimentos y medicinas, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, brindó una conferencia de prensa con el propósito de “esclarecer todo un grupo de matrices” que, según el mandatario, han tratado de imponer en las últimas semanas, “acciones de descrédito” sobre la manera en la que Cuba enfrenta la pandemia.
El mandatario dijo que su Gobierno ha tratado de “enfrentar y de vencer” las dificultades “ante una política de asfixia económica para provocar estallidos sociales en el país”.
Un abrazo a nuestro heroico y querido pueblo cubano, que ayer una parte importante de sus hijos protagonizaron una de las jornadas más históricas en defensa de la Revolución”, indicó Díaz-Canel, desde el Palacio de la Revolución, en una conferencia de prensa que aseguró que estaba planeada desde hace días.
El presidente de Cuba señaló que en 2019, con el aumento de las medidas restrictivas aplicadas a Cuba por la administración de Trump, se le informó a la población cubana que la isla entraría en un periodo complicado, que implicaba “dificultades y carencias económicas”.
Es legítimo que tengamos insatisfacciones, pero debemos ser capaces de discernir dónde nos quieren manipular, dónde nos quieren dividir”, comentó el secretario del Partido Comunista de Cuba en la misma conferencia de prensa.
Pese a que Díaz-Canel no negó el desabasto de alimentos y electricidad dentro de la isla, señaló que el origen de las problemáticas se reducen al “bloqueo” impuesto desde 1962 por Estados Unidos.
El mes pasado, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, señaló que en el último año, el bloqueo ha dificultado enfrentar la pandemia. Respecto al mismo tema, el embajador de México en la ONU, Juan Ramón de la Fuente, votó en contra del bloqueo y destacó los principios que rigen la política exterior de nuestro país: defensa del multilateralismo, solución pacífica de las controversias y autodeterminación de los pueblos.
Toda medida unilateral de carácter económico o financiero, concebida como un medio de presión política para lograr cambios desde el exterior en las decisiones de otro Estado, contraviene los principios de la Carta de las Naciones Unidas”, expresó el embajador Juan Ramón de la Fuente.
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