En Sudán el conflicto entre el ejército y paramilitares no se detiene y aunque se había llegado a una tregua bajo mediación internacional para que pudieran evacuar civiles la zona, esta no se cumplió y con esto, nuestros 12 paisanos siguen atrapados.
Dos monjas mexicanas: María Refugio Parra y Elizabeth Robles, están refugiadas en un centro escolar católico, en Jartum, la capital, junto con 300 estudiantes que no han podido salir a las calles por los combates entre el ejército y paramilitares.
En ese país prestan servicios de enfermería desde hace dos años y lograron comunicarse a México para reportar sus condiciones en la zona del conflicto.
“En este momento, tienen a 300 chicos, chicas, están en el sótano, donde está la biblioteca, en el sótano del Colegio y de ahí no pueden salir porque hay balaceras y tiros por todas partes. Y ahí viene gente de todo tipo: cristianos, musulmanes y hay mucha gente del poder, ministros, gente importante del país que envía a sus hijos a ese colegio, porque es un colegio muy prestigioso, entonces eso a los combonianos como que nos abre la vía, las puertas”, dijo Ismael Piñón, misionero comboniano.
Hay otro misionero mexicano: Martín Ramírez Falcón, está en Port Sudán, el principal puerto del país.
En total, doce mexicanos esperan el momento para abandonar el país, pero las fronteras están cerradas y el aeropuerto de Jartum, destruido.
“En el aeropuerto han destruido varios edificios y aparatos e instrumentos para poder despegar y aterrizar los aviones y eso no se va a reconstruir en dos días”, agregó Ismael.
Tregua de 24 horas fue rota pocos minutos después de iniciar
La tregua de 24 horas pactada entre las partes fue rota pocos minutos después de iniciar.
Desde el inicio de los combates el sábado, se han reportado al menos 185 civiles muertos y mil 800 heridos. Muchos no han llegado a los hospitales.
“La severa restricción de movimiento, debido a que es muy peligroso para cualquiera moverse a cualquier lugar, hace que sea muy difícil para el personal llegar a los hospitales”, señaló Margaret Harris, vocera de la Organización Mundial de la Salud.
¿Qué sucede en Sudán?
Los disparos y las explosiones seguían este martes en Jartum, la capital de Sudán, en el cuarto día de combates entre dos generales rivales que dejaron casi 200 muertos pese a los llamamientos internacionales a un alto el fuego.
El conflicto enfrenta al jefe del ejército, el general Abdel Fatah al Burhan, líder de facto del país, y su antiguo número dos, el general Mohamed Hamdan Daglo, conocido como “Hemedti”, jefe del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
El conflicto entre ambos, latente durante semanas, explotó por el desacuerdo sobre cómo integrar a los paramilitares de las RSF en las tropas regulares.
Bajo presión de la comunidad internacional, el general Daglo anunció el martes que había aprobado “un alto el fuego de 24 horas“, pero a la hora indicada, las 16:00 horas, el estruendo de los combates continuaba en diferentes barrios de Jartum, según varios testigos.
Las RSF acusaron al ejército regular de haber “violado la tregua”, mientras sus propios hombres seguían disparando con armas pesadas en las calles, indicaron testigos.
En la entrada de varios edificios de Jartum se pudo ver el martes a paramilitares de las RSF encaramados en camionetas disparando al aire.
Por su lado, los aviones bajo mando del general Al Burhan -al frente del país desde el golpe de estado de 2021 que apartó del poder a los civiles- apuntaban a los cuarteles generales de las RSF, dispersos por toda la ciudad.
Los ataques aéreos ya afectaron a cuatro hospitales en Jartum, y en todo el país al menos 16 hospitales están ahora fuera de servicio, indicó un grupo de médicos.
El conflicto sigue pese a los llamamientos de los ministros de Exteriores del G7, de la ONU y de Estados Unidos para “poner fin de inmediato a la violencia”.
En la capital, la mayor parte de los habitantes están confinados en sus hogares, sin electricidad ni agua corriente, y las pocas tiendas de comestibles abiertas advierten que no durarán mucho sin reabastecerse.
También empezaron a verse grupos de mujeres y hombres con enormes bolsas rumbo hacia el sur, donde no hay combates.
Tanto Naciones Unidas como varias ONG´s decidieron suspender la ayuda en el país, donde el hambre afecta a más de uno de cada tres habitantes.
Tres empleados del Programa Mundial de Alimentos (PMA) fueron asesinados el sábado y el lunes un convoy diplomático estadounidense fue atacado. Igualmente, el embajador de la UE fue “asaltado en su residencia” en Jartum, según el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
La Cruz Roja y la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidieron a las dos partes garantizar el acceso a las personas necesitadas de ayuda.
El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, denunció el “pillaje de ciertos centros de salud y el uso de otros con fines militares”.