El ejército israelí informó haber interceptado un misil lanzado desde Yemen en la mañana del domingo, pocas horas después de que aviones israelíes atacaran varios objetivos hutíes en el país de la península arábiga.
Este intercambio de ataques se enmarca en un contexto de creciente tensión y violencia en la región.
Los rebeldes hutíes, respaldados por Irán, reivindicaron el lanzamiento de “varios misiles balísticos” contra la localidad costera de Eilat, en Israel.
Según el último balance ofrecido por las autoridades sanitarias yemeníes, el ataque israelí del sábado dejó al menos seis muertos y 80 heridos.
Habitantes de la capital yemení, Sanaa, han manifestado su disposición a apoyar al pueblo palestino, que permanece bajo la ofensiva israelí desde el pasado 7 de octubre.
“Los ataques llevados a cabo ayer por Israel nunca nos impedirán atacarlo en respuesta a las masacres que están cometiendo contra el pueblo palestino. Si Dios quiere, responderemos con más ataques porque violaron la soberanía de nuestro Estado”, declaró Ayman Abdo, residente de Sanaa.
El portavoz militar de los hutíes, Yahya Sarea, aseguró en un comunicado que el movimiento realizó la operación “con éxito”.
Esta situación hace temer la posibilidad de un nuevo frente de conflicto, aumentando las preocupaciones de una escalada de violencia en la región.
Por su parte, Irán ha condenado el ataque israelí a Hodeida y ha alertado sobre las posibles repercusiones. La intervención de Irán podría intensificar aún más las hostilidades, provocando una escalada de violencia que afectaría a múltiples países en el Medio Oriente.