El ejército ucraniano anunció que las tropas rusas habían logrado expulsar a sus soldados del centro de Severodonetsk, ciudad clave del este de Ucrania por cuyo control se enfrentan ambos bandos desde hace semanas.
“Con el apoyo de la artillería, el enemigo llevó a cabo un asalto a Severodonetsk, con un triunfo parcial y expulsó a nuestras unidades del centro de la ciudad. Los combates continúan”, informó el ejército.
El gobernador de la región de Lugansk, Serguéi Gaidai, confirmó que las fuerzas ucranianas habían sido repelidas del centro.
“Los combates en las calles siguen. Los rusos continúan destruyendo la ciudad“, indicó.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en su mensaje por video del domingo por la noche, describió los últimos combates en Severodonetsk como “muy feroces” y dijo que Rusia estaba desplegando tropas poco entrenadas y utilizando a sus jóvenes como “carne de cañón”.
Para las tropas de Moscú, controlar Severodonetsk allanaría el camino para hacerse con otra gran ciudad del Donbás, Kramatorsk, una etapa importante para conquistar toda la región fronteriza con Rusia, que en parte ya está en manos de los separatistas prorrusos desde 2014.
El domingo, el Ministerio ruso de Defensa informó que había destruido en Chórtkiv, en el oeste ucraniano, un gran almacén de sistemas de misiles antitanque, sistemas de defensa aérea portátiles y obuses suministrados al régimen de Kiev por Estados Unidos y los países europeos.
Este inusual ataque en el oeste del país, a unos 140 kilómetros de la frontera con Rumania, dejó 22 heridos, según el gobernador de la región.
En Mikolaiv, una importante ciudad portuaria del sur de Ucrania, el avance ruso se ha detenido en las afueras y los combates se han convertido en una guerra de trincheras.