El ultraconservador Karol Nawrocki resultó electo como presidente de Polonia en una muy cerrada victoria frente a su contrincante liberal, Rafal Trzaskowski.
El presidente electo obtuvo 50.89% de la votación en contraposición con el 49.11% que obtuvo su rival.
La pequeña diferencia porcentual ocasionó que ambos candidatos se declararan ganadores a las 9:00 de la noche cuando el conteo de votos marcaba un empate técnico que quedó resuelto pocas horas después.
La elección de Nawrocki continúa con la tendencia en Europa de inclinar la balanza política hacia la derecha luego del resultado electoral de Rumania en donde los conservadores también obtuvieron la victoria.
Con el gobierno de Nawrocki se cancela la posibilidad de que en Polonia se apruebe la legalización del derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, la unión civil de personas del mismo sexo, además de un mayor acercamiento a la Unión Europea.
La campaña electoral de Nawrocki estuvo plagada de escándalos que revelaron un pasado violento, participación en peleas callejeras con barras de fútbol e incluso presuntas conexiones con grupos nazis y del crimen organizado.
Supuestamente también facilitó servicios de prostitución en un hotel en el que trabajaba como guardia de seguridad.
En estas elecciones, el 71.63% de los polacos y polacas acudieron a las urnas, lo que la convierte en una de las elecciones más concurridas de la historia reciente del país.
