El ejército de Malí cometió crímenes de guerra y varios grupos armados delitos de lesa humanidad, según el informe de la comisión de la ONU que investigó el conflicto de ese país africano, que fue presentado al Consejo de Seguridad.
La Comisión tiene motivos razonables para creer que las fuerzas de seguridad y defensa de Malí cometieron crímenes de guerra (… así como) violencia contra la vida y la persona por parte de personas (…) sospechosas de estar afiliadas o cooperar con grupos armados extremistas”, dice el informe.
Establecida en enero de 2018, la comisión que integran la sueca Lena Sundh, el camerunés Simon Munzu y el mauriciano Vinod Boolell, investigó el período 2012-2018 del conflicto en Malí.
A mediados de 2020 presentó un informe al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien lo remitió la semana pasada a los 15 miembros del Consejo de Seguridad.
En 2012, militares malienses dieron un golpe de Estado con el fin de frenar la derrota del ejército ante los rebeldes independentistas y yihadistas del Norte, sumiendo al país en una crisis.
En 2012-2013, las fuerzas de seguridad y defensa maliensas fueron culpables de “asesinatos” contra “miembros en particular de las comunidades tuareg y árabes”, a quienes asociaban con los rebeldes independentistas y los grupos yihadistas.
Tras la aparición en 2015 de un grupo yihadista dirigido por el predicador fulani Amadou Koufa, la comunidad fulani del centro de Malí fue víctima de “asesinatos cometidos por las fuerzas armadas malienses”, dice el texto.
Varios signatarios del acuerdo de paz, incluidos los exrebeldes del Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA) y el grupo progubernamental Gatia también son responsables de “crímenes de guerra”, según la comisión.
El panel acusó también a otros actores del conflicto de “crímenes de lesa humanidad”, en particular a los grupos yihadistas armados cuya influencia y violencia continúan en la subregión, así como a la milicia Dan Nan Ambassagou, que se erigió como defensora de los Dogon en el centro de Malí y se la acusa de masacrar a aldeanos fulani.