Miles de centroamericanos viven su propio viacrucis en la frontera entre México y Estados Unidos.
Pues yo ahorita estoy como en condición de calle, me encuentro sin trabajo aquí en Juárez, estoy varado acá, ahorita están cerradas las fronteras. Ahora pues yo camino, como dicen, como vagabundo”, comentó José, migrante salvadoreño.
Este es el calvario de José, migrante salvadoreño y un indocumentado más expulsado por el gobierno estadounidense.
Cruzó a ese país en busca de oportunidades. Fue deportado a territorio mexicano. En Ciudad Juárez, dice, vive un peregrinar. Sin trabajo, comida o techo para dormir.
Aquí la ley pues lo ven a uno seguido viniendo y vagabundeando y piensan que uno es un coyote, que uno es aquí un criminal pero Dios lo sabe qué no, yo no soy un criminal, no soy ningún coyote no soy nada de eso”, dijo.
Ha intentado tres veces cruzar la frontera, sin éxito.
“Mucha gente anhela venir a Estados Unidos y se encuentran con esta pesadilla de que no los están dejando pasar”, comentó el migrante salvadoreño.
Frente a José, de este lado de la frontera, emerge lo que considera es la tierra prometida. Pero, entre el salvadoreño y el “sueño americano” se interponen una valla, la patrulla fronteriza y el endurecimiento de las medidas migratorias.
Ahí mismo, en Juárez, fronteriza con El Paso, Gustavo toca las puertas estadounidenses. Pide asilo porque en Honduras, su país, está amenazado de muerte.
Corremos un grande riesgo y yo a mi país no puedo regresar. Si me quedo en mi país, Honduras, yo creo que más que todo, tenemos una seguridad que nos hubiéramos sumado y fuéramos uno más de la suma de las muerte”, declaró Gustavo.
Huyó a tiempo. La violencia se recrudeció en su aldea cercana a San Pedro Sula.
“Me habló una sobrina de que habían macheteado a un hermano mío, el que dejé cuidando mi casa yo, también está en riesgo mi familia pero le pido a Dios de que sea él, el que nos proteja”,
Mientras Gustavo y sus dos pequeños hijos esperan respuesta, se refugian en la Casa del Migrante. La institución que se mantiene por donaciones fue la única que le abrió las puertas en tiempos de pandemia.
Aquí nosotros les damos almuerzo, comida y cena, cuando llega el migrante se les da ropa todo el kit de limpieza e higiene personal, todo lo que el migrante necesite”, precisó Ivonne López, de Casa del Migrante, Ciudad Juárez, Chihuahua.
De acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense, todos los días se detiene a más de cinco mil migrantes a lo largo de la frontera. 500 son menores no acompañados. La mayoría, de las personas son deportadas a México, la mayoría son centroamericanos.
Sí están llegando demasiados migrantes que han sido expulsados de Estados Unidos y pues obviamente con el sueño americano de querer ingresar pero lamentablemente pues ahorita las autoridades no están permitiendo que ingresen”, indicó Ivonne López.
En la garita entre Ciudad Juárez, Chihuahua y El Paso, Texas, por un túnel, todos los días el Gobierno estadunidense deporta alrededor de 100 migrantes a territorio mexicano
Muchos son engañados por bandas que les piden hasta 8 mil dólares por persona, con la promesa de cruzarlos a Estados Unidos.
Por la desesperación también son enganchados para nutrir las llamadas caravanas migrantes.
“No se muevan de su lugar de origen, es mentira que están entrando a Estados Unidos, ahorita está todo cerrado. Ahorita están abusando mucho los polleros diciéndoles que sí los dejan en la frontera, pero del lado de Juárez, los engañan”, exhortó Ivonne López.
Con sólo poner un pie en territorio estadounidense, las personas en condición irregular son detenidas y expulsadas bajo el llamado “Título 42”, orden ejecutiva de Donald Trump que argumenta medidas de bioseguridad por la pandemia.
De este lado de la frontera, en Ciudad Juárez, migrantes como el salvadoreño José, asegura que lo volverá a intentar.
Mientras repone fuerzas, agradece la solidaridad.
Dios bendiga a México, a las personas de acá de México que le extiende la mano a los migrantes porque sí agradecemos ese plato de comida que nos dan o el alojamiento, lo agradecemos”, expresó José.