El embajador de Perú ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Harold Forsyth Mejía, dimitió este miércoles debido a “la ruptura” del orden constitucional después de que el presidente Pedro Castillo disolvió el Congreso.
Horas antes de que el Parlamento se reuniera para debatir su destitución, Castillo anunció la disolución el Congreso e instauró un Gobierno de emergencia, en una medida interpretada como un autogolpe por funcionarios y analistas políticos.
“Estamos en una ruptura, por decirlo al menos técnica, del orden constitucional, lo cual constituye naturalmente una afrenta muy grave para el proceso constitucional en el Perú, para la democracia en el Perú y para la democracia en todos los países que formamos parte de esta organización”, dijo el embajador durante una reunión del Consejo Permanente de la OEA en Washington.
Asimismo, indicó que no podía, por razones morales y profesionales, tener ninguna vinculación con un régimen que funcione en base a decretos y que señala que, eventualmente, llamará a elecciones.
“Como yo no me gobierno por decretos, sino actúo con base a la ley, esta es entonces en esta condición de representante permanente del Perú ante la OEA mi última intervención”, mencionó.
El embajador dio estas declaraciones previo a la sesión extraordinaria sobre el informe preliminar del grupo de alto nivel que visitó Perú para analizar la grave crisis política en el país.
En el informe preliminar, presentado la semana pasada, el grupo de alto nivel recomienda “una tregua política”, mientras se busca encauzar un diálogo formal.