Ante el endurecimiento de restricciones en China por el repunte de caos de COVID-19, multitudes de personas en la ciudad de Guangzhou marcharon por las calles provocando escenas caóticas la noche del lunes.
Frustración y disturbios se hicieron evidentes, según videos publicados en línea, en una muestra de resentimiento público por las restricciones por el coronavirus.
Entre los últimos brotes en China, el de Guangzhou es el más grande, con nuevas infecciones diarias de COVID-19 que superan las 5 mil por primera vez y alimenta la especulación de que los bloqueos localizados podrían ampliarse.
Los videos ampliamente compartidos en Twitter muestran escenas ruidosas en el distrito Haizhu, en Guangzhou, de personas que corrían por las calles y protestaban con trabajadores vestidos con trajes blancos para materiales peligrosos.
Twitter está bloqueado en China y varios hashtags relacionados con el tema de los “disturbios” en el área fueron eliminados de Weibo, similar a Twitter en China, este martes por la mañana.
“Fue bastante tenso anoche. Todos se aseguraron de que sus puertas estuvieran cerradas con llave”, comentó un residente de Guangzhou que usa el nombre de Chet y vive a un kilómetro de donde tuvo lugar la protesta. Expuso que los grupos de chat locales y las redes sociales se habían inundado con videos e imágenes del episodio.
Chet, cuyo complejo residencial ha estado cerrado durante unos 20 días, dijo que cuando sucedió tan cerca de él, lo encontro realmente molesto y que no pudo dormir después de ver esas imágenes.
Nuevas infecciones
China informó sobre 17 mil 772 nuevas infecciones locales de COVID-19 para el 14 de noviembre, frente a las 16 mil 072 del día anterior y la mayor cantidad desde abril, incluso cuando muchas ciudades redujeron las pruebas de rutina después de que las autoridades anunciaran medidas la semana pasada destinadas a aliviar el impacto de fuertes frenos de coronavirus.
En la capital, Beijing, las nuevas infecciones alcanzaron un récord de 462 el lunes. Las principales ciudades, incluidas Chongqing y Zhengzhou, se encuentran entre las más afectadas.
Aún así, China se esfuerza por limitar el daño de su política de “cero COVID” después de casi tres años de pandemia, ya que el último de una serie de informes económicos sombríos mostró que las ventas minoristas cayeron en octubre y la producción de fábrica creció más lentamente de lo esperado.
Si bien muchos residentes expresaron un optimismo cauteloso después del anuncio del viernes de que se aliviarían algunas de las estrictas políticas de COVID, esta semana aumentaron las preocupaciones sobre el empeoramiento de los brotes y hubo confusión ya que algunas ciudades detuvieron o ajustaron las pruebas regulares.
Fatiga cero-COVID
Las escenas del lunes por la noche de Guangzhou fueron el último estallido de frustración por las restricciones de COVID-19 que han provocado bloqueos frecuentes y cuarentenas impuestas bajo una política característica del presidente Xi Jinping que, según China, salva vidas.
El mes pasado, un brote de COVID-19 en una enorme planta de Foxconn que fabrica iPhones de Apple en Zhengzhou provocó el caos, con muchos trabajadores huyendo, incluso trepando vallas, obstaculizando la producción.
Funcionarios en Guangzhou, hogar de casi 19 millones de personas, dijeron que planean más hospitales improvisados además de los seis que se han construido que tienen 20 mil camas, principalmente para la observación de personas infectadas sin síntomas.
“La curva de infección de Guangzhou sigue el ritmo del brote de marzo-abril de Shanghái, lo que plantea la pregunta de si se desencadenará un cierre en toda la ciudad”, escribieron los analistas de JPMorgan, refiriéndose al cierre de dos meses de Shanghái este año, que provocó disturbios generalizados.
Asimismo, dijeron que se convertiría en un punto de prueba con respecto a la determinación del Gobierno de impulsar la relajación de las medidas de control de COVID-19.
JPMorgan estimó que las ciudades con más de 10 nuevos casos acumulados la semana pasada albergan a 780 millones de personas y representan 62.2% del Producto Interno Bruto (PIB), aproximadamente el triple de los niveles observados a fines de septiembre.