La transición de gobierno en Brasil ya está en marcha: representantes de Luiz Inácio Lula da Silva y de Jair Bolsonaro se reunieron por primera vez este jueves, mientras los bloqueos de rutas por parte de seguidores del candidato derrotado eran cada vez menos numerosos.
“La transición ya comenzó”, dijo a periodistas el vicepresidente de Lula, Geraldo Alckmin, tras mantener una conversación “provechosa y objetiva” con Ciro Nogueira, jefe de gabinete del mandatario saliente en el palacio presidencial de Planalto.
Encargado por Lula para coordinar el cambio de gobierno, Alckmin, un centrista que fue gobernador de Sao Paulo, ya había mantenido contactos con representantes de Bolsonaro, en medio de la incertidumbre que provocó el silencio de dos días del presidente y los bloqueos de rutas tras su estrecha derrota en el balotaje del domingo.
Alckmin afirmó que definirá los integrantes del equipo de transición luego de reunirse en los próximos días con el mandatario electo, de 77 años, quien, dijo, está tomando un descanso tras meses de una intensa campaña electoral.
El equipo de Lula, que por ley puede incluir hasta 50 funcionarios, trabajará a partir del lunes y durante los próximos dos meses en oficinas del Centro Cultural Banco de Brasil, un enorme edificio cerca de un lago en la capital brasileña.
A la reunión también asistió la jefa del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, Gleisi Hoffman, y el coordinador del programa de gobierno de Lula, Aloizio Mercadante.
Previamente, Alckmin mantuvo un encuentro con el relator para el presupuesto en el Senado con el objetivo de buscar maneras de incluir en los gastos federales de 2023 las promesas de campaña de Lula, que asumirá el poder el 1 de enero.
El líder izquierdista deberá enfrentar vientos en contra para hacer aprobar sus reformas en el Congreso: los conservadores obtuvieron notables resultados en las legislativas de octubre y el Partido Liberal (PL) de Bolsonaro será la principal fuerza de ambas cámaras.
“¡Última oportunidad!”
La primera reunión entre representantes de Lula y Bolsonaro ocurrió mientras las protestas callejeras y bloqueos de rutas de los seguidores del mandatario ultraderechista, furiosos por la victoria de Lula, menguaban.
Alckmin denunció fuertemente los bloqueos, señalando que pueden comprometer la salud de las personas, el abastecimiento de hospitales y traer perjuicios para la economía. “El derecho de circular es sagrado”, dijo.
Tras la estrecha victoria de Lula, quien ya gobernó el país entre 2003 y 2010, simpatizantes de Bolsonaro bloquearon carreteras en todo el país desde el domingo, lo que causó problemas de transporte de mercancías y de desplazamientos.
El miércoles miles de bolsonaristas se congregaron frente a cuarteles en las principales ciudades de Brasil para pedir una intervención militar.
En Rio de Janeiro, apenas unas decenas de personas permanecían la mañana de este jueves frente a un cuartel militar, algunas de ellas tras haber pasado la noche en tiendas de campaña.
“Creo que vamos a tener una dictadura comunista” con Lula, expresó Jessica dos Santos Ferreira. “Es un ladrón, no es un ejemplo para mi hijo de 11 años”, añadió esta emprendedora dispuesta a quedarse en el lugar hasta que llegue la supuesta intervención militar.
“¡Es nuestra última oportunidad!”, gritó un hombre a los congregados para pedirles que no cedieran.
Las autoridades viales informaron que había este jueves 32 bloqueos parciales o totales -frente a más de 250 el martes-, luego de que Bolsonaro, quien no ha reconocido abiertamente su revés electoral, pidiera a sus seguidores poner fin a esas acciones.
El presidente de la autoridad electoral, Alexandre de Moraes, denunció los cortes de rutas e indicó que quienes “están practicando actos antidemocráticos serán tratados como criminales”.
Polémica sobre un supuesto saludo nazi en acto bolsonarista
Un video viralizado que muestra a bolsonaristas supuestamente haciendo un saludo nazi durante una protesta contra el triunfo de Lula generó una polémica en Brasil, hasta el punto de suscitar una investigación oficial y una condena de las embajadas de Israel y Alemania.
Las imágenes muestran a decenas de seguidores del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro con el brazo extendido hacia el frente, mientras entonan el himno nacional brasileño, en un acto realizado el miércoles en una carretera bloqueada en San Miguel do Oeste, estado de Santa Catarina.
El gesto fue asimilado al saludo de la Alemania nazi primeramente por usuarios que reprodujeron el video en redes sociales y denunciaron apología del nazismo, penada por la ley brasileña.
Sin embargo, muchos negaron esa asociación y atribuyeron el gesto a un saludo a la bandera de Brasil, sin relación alguna con el nazismo.
A raíz de la polémica, el Ministerio Público de Santa Catarina abrió una investigación que estableció, de forma preliminar, que “no hay pruebas” de que se trate de un acto de apología del nazismo.
Tampoco se probó la existencia de símbolos nazis en el lugar, como mostraron noticias falsas.
El gesto de los manifestantes respondió a un pedido del locutor del evento, de “extender la mano sobre el hombro de la persona de enfrente, o si no la hubiera, de extender el brazo, para emanar energías positivas”, según una nota difundida por la Fiscalía el miércoles.
Pero el video -que acumuló unos dos millones de vistas en redes sociales desde el martes, según el equipo de fact-check de la AFP- continuó causando polémica.
“El uso de símbolos nazis y fascistas por ‘manifestantes’ claramente de extrema derecha es profundamente chocante. ¡Apología del nazismo es crimen!”, escribió el jueves en Twitter el embajador de Alemania en Brasilia, Heiko Thoms.
El diplomático rechazó consideró el gesto “una falta de respeto a las víctimas del nazismo y sus horrores”.
En tanto, la embajada de Israel emitió este jueves un comunicado en el que pidió a las autoridades “tomar las medidas necesarias para poner fin a este tipo de hechos ultrajantes”.
Además, la Confederación Israelita de Brasil calificó de “repugnantes” las imágenes y señaló que “la sociedad brasileña no puede tolerar posturas como esa”, en una nota publicada el miércoles.