¿Podría un código QR abrir la puerta del mundo? Esta es la pregunta que se plantea Estonia, que, junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), lleva a cabo esfuerzos para desarrollar pasaportes digitales de vacunación, reconocidos mundialmente.
El problema radica en saber si quien verifica un certificado de este tipo puede confiar en la fuente del documento”, señaló Marten Kaevats, asesor del Gobierno estonio sobre cuestiones tecnológicas.
La solución deberá funcionar tanto en Eritrea como en Singapur”, agregó.
Estonia ya cuenta con su propio sistema de historiales médicos electrónicos con información sobre las vacunas, pero la mayoría de los países del mundo no lo tienen y no existen métodos para el reconocimiento mutuo de esos documentos nacionales.
El proyecto es una de las muchas iniciativas en curso de un pasaporte vacunal digital en todo el mundo, las cuales, en su totalidad, plantean cuestiones urgentes sobre la privacidad y los derechos humanos.
La OMS también actúa con cautela y no recomienda por el momento los pasaportes de vacunación para los viajes, ya que no los considera garantía suficiente de protección contra la transmisión.
No obstante, los certificados digitales ofrecen una perspectiva atractiva, en particular para los sectores afectados por una pandemia, como las compañías aéreas.
El mes pasado, Emirates y Etihad anunciaron la realización de pruebas en una aplicación para comprobar las vacunaciones antes de subir a bordo.
Un acuerdo entre la OMS y Estonia consiste en desarrollar una tarjeta amarilla con chip, una versión digital de un sistema de documentos en papel, que permite probar la vacunación contra la fiebre amarilla.
Según Kaevats, que también asesora a la OMS sobre las cuestiones digitales relativas a la salud, es imposible crear un sistema de identificación digital mundial en los próximos meses, y parece más probable lograr una mezcla de certificados en papel y electrónicos.
Los trabajos se centran en la elaboración de principios globales con vistas a desarrollar una solución común única para comprobar la existencia de los prestadores de asistencia que expiden los certificados en cuestión.
Estonia, un país de 1.3 millones de habitantes, se dio a conocer como pionero tecnológico, ya que los estonios contribuyeron a proyectos como Skype, el voto electrónico y los robots de transporte.
Guardtime, una empresa estonia que trabaja en los certificados digitales Covid-19, también trabaja con Islandia, Hungría y Lituania, así como con AstraZeneca, el grupo farmacéutico que fabrica una de las vacunas contra el coronavirus.