Más de 200 millones de votantes están llamados a las urnas para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre en Estados Unidos, pero el resultado puede depender de tan solo unas decenas o cientos de miles de votos.
Y es que los sufragios de los electores de siete de los denominados “estados bisagra” tendrán mucho más peso que los de los demás.
Estos “estados bisagra” no se inclinan claramente hacia uno u otro partido, a diferencia de los otros estados que ya se consideran favorables a los demócratas (California o Nueva York) o a los republicanos (Texas o Florida).
Estos territorios representan un número significativo de electores: 93 de 538.
Como no importa quién gane la mayoría de los votos en todo el país, lo único que cuenta es el resultado en cada estado. El candidato más votado en un estado gana todos sus electores (excepto en Nebraska y Maine).
El objetivo es alcanzar la cifra mágica de 270 electores, sinónimo de victoria nacional.
Por eso, el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris, centran sus energías en estos estados e invierten en ellos la mayor parte de sus fondos.
¿Cuáles son los estados clave?
Pensilvania
Quizá sea el estado más codiciado con sus 19 grandes electores. Aquí, los obreros tienden a dar la espalda a los demócratas, pero Harris cuenta con los grandes proyectos de infraestructuras lanzados por el presidente Biden y con el apoyo de los sindicatos.
Mientras las grandes ciudades de Filadelfia y Pittsburgh se inclinan por ella, Trump apuesta por la población rural.
Michigan
Con sus 15 electores, en este bastión demócrata Harris ha recibido un fuerte apoyo del principal sindicato del sector (UAW), pero no de los numerosos votantes árabes-estadounidenses o musulmanes indignados por el apoyo de Estados Unidos a Israel en la guerra de Gaza.
Trump apuesta por el costo de la vida para movilizar a la clase media contra Harris, que se presenta como la heredera de un mandato de Biden marcado por la inflación.
Wisconsin
Tiene 10 grandes electores y, como muestra de la importancia del estado para ellos, los republicanos celebraron allí su convención en julio, en Milwaukee.
Entre los votantes moderados, los demócratas agitan la “amenaza existencial para la democracia” que representaría Trump.
Georgia
Quizás el más importante de los estados bisagra, junto con Pensilvania. En el corazón del sur religioso y conservador, Georgia confía tradicionalmente sus 16 grandes electores al candidato republicano.
La estela de los movimientos antirracistas, este estado, con su numerosa comunidad afroestadounidense, prefirió hace cuatro años al demócrata Biden.
Carolina del Norte
Con sus 16 grandes electores, este estado no vota por los demócratas desde Barack Obama en 2008, pero su gobernador es demócrata desde 2017.
Sin embargo, al igual que en Georgia, Harris cuenta con los afroestadounidenses, que representan 20% de la población, y con los jóvenes.
Arizona
Este estado predominantemente republicano cuenta con 11 grandes electores.
Trump ha centrado su campaña en la inmigración ilegal, un tema importante en este estado fronterizo. Esto juega en contra de Harris.
Nevada
Este estado del oeste de Estados Unidos con seis grandes electores, conocido por sus casinos, no ha votado por un republicano desde George Bush en 2004.