Los líderes de Estados Unidos, Francia, Alemania y Reino Unido pidieron este domingo “contención” militar alrededor de la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, la más grande de Europa, ocupada por Rusia.
Los presidentes Joe Biden y Emmanuel Macron, el canciller Olaf Scholz y el primer ministro Boris Johnson pidieron en conversación telefónica sostenida entre ellos el envío “rápido” al lugar de una misión de inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), según un comunicado común.
El recrudecimiento de los combates alrededor de esa central nuclear del sur de Ucrania ha hecho resurgir el espectro de una catástrofe peor que la de Chernóbil. Ambos países beligerantes se acusan mutuamente de la responsabilidad de los ataques.
El viernes, la presidencia francesa afirmó que el jefe de Estado ruso, Vladimir Putin, había aceptado que los inspectores de la AIEA hicieran una visita a la central.
Durante sus entrevistas telefónicas este domingo, los cuatro dirigentes occidentales también “convinieron que se mantiene el apoyo a Ucrania en su defensa ante la agresión rusa”.
Ucrania rechaza ataque en donde murió Daria Dugina
El sábado, el gobernador de la región de Járkov (centro-este) anunció un largo toque de queda del 23 al 25 de agosto.
“Seamos lo más vigilantes que podamos durante la fiesta de nuestra independencia”, argumentó el gobernador Oleg Synegubov en Telegram.
A este tenso contexto se suma la muerte de Daria Dugina, hija del ideólogo cercano al Kremlin, Alexander Duguin, en una explosión de su automóvil cerca de Moscú, según informó el Comité de Investigación de Rusia.
De momento, nadie se reivindicó el atentado y las autoridades ucranianas rechazan estar detrás del asesinato.
“Ucrania no tiene nada que ver con la explosión del sábado porque no somos un Estado criminal“, dijo Podoliak en la televisión.