“Familiares adultos de confianza” es el nuevo programa con el que la administración de Joe Biden en Estados Unidos, busca recomponer la desintegración de familias migrantes propiciada por su antecesor Donald Trump.
Reintegrar a los menores que fueron separados de sus padres o madres, y éstos deportados, es el reto de esta política estadounidense que está a prueba en uno de los centros migratorios de la frontera con México.
Los menores llevados a albergues o residencias de ayuda podrían reencontrarse con sus progenitores, si las autoridades migratorias localizan a familiares residentes en Estados Unidos para dar con los padres.
La Secretaría de Seguridad Nacional calcula en al menos dos mil cien los menores separados de sus padres, aunque tampoco hay certeza porque organizaciones civiles llevan a cabo un trabajo paralelo en las cortes.
Este centro de defensa legal de inmigrantes, en California, informó que en poco más de dos años rastreó a casi 300 menores separados de sus familias en la frontera.
Y ha logrado reunificaciones como la de Bryan y su madre, quienes fueron separados bajo el esquema Trump en 2017, tras huir de México por otro episodio no menos traumático: su padre y su tío fueron asesinados por un cártel de drogas al negarse a incorporarse a esa organización.
Esta ONG tomó su caso y siete años después, en mayo pasado, reunió a madre e hijo.