
El Departamento del Tesoro estadounidense anunció que firmó con Ucrania un acuerdo sobre un “Fondo de Inversión para la Reconstrucción”, después de semanas de negociaciones sobre el acceso a los recursos naturales ucranianos.
El acuerdo permitirá la explotación conjunta de las llamadas tierras raras y financiar la extracción de petróleo y gas, afirmó la ministra ucraniana de Economía, Yulia Svyrydenko, de visita en Washington.
On April 30, the United States and Ukraine signed an agreement to establish the United States-Ukraine Reconstruction Investment Fund.
— Treasury Department (@USTreasury) April 30, 2025
This historic economic partnership clearly signals the Trump Administration’s commitment to a free, sovereign, and prosperous Ukraine. pic.twitter.com/cKUACUhet9
El acuerdo conjunto para reconstruir Ucrania
El texto detalla el establecimiento del Fondo de Inversión para la Reconstrucción Estados Unidos-Ucrania y estima que “en reconocimiento al importante apoyo financiero y material que el pueblo estadounidense ha brindado a la defensa de Ucrania desde la invasión a gran escala de Rusia”.
Estados Unidos no tendrá participación directa en sus riquezas minerales ni en la infraestructura de gas. Asimismo, el Fondo compartirá 50% de los beneficios derivados de nuevas licencias de explotación.
Esta alianza económica entre el Kiev y Washington permitirá invertir para garantizar que los recursos, talentos y capacidades mutuos aceleren la recuperación económica de Ucrania.
Bajo el liderazgo del presidente estadounidense, Donald Trump, el Departamento del Tesoro y la Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo trabajarán con el Ejecutivo de Ucrania para “finalizar la gobernanza del programa y avanzar en esta importante asociación”.
Estaba previsto que Trump y el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, ratificaran el acuerdo a finales de febrero en la Casa Blanca, pero eso se pospuso debido a una fuerte discusión que ambos líderes protagonizaron en el Despacho Oval.
El acceso a minerales raros en Ucrania es una exigencia de Trump, como forma de compensar los recursos que Estados Unidos ha destinado en los últimos años para apoyar militarmente al país europeo, ayuda que ha representado cerca del 30% del armamento utilizado por Ucrania desde que comenzaron las tensiones con Rusia.