Un excongresista, aliado del presidente brasileño Jair Bolsonaro, disparó y lanzó granadas contra policías, dejando dos heridos, en un intento fallido de impedir su arresto, informaron las autoridades este domingo 23 de octubre.
Bolsonaro inmediatamente condenó el ataque armado y se distanció del ex legislador, a quien llamó “bandido” y negó señalamientos de que coordina su campaña a la reelección.
El exdiputado Roberto Jefferson enfrentaba una orden de cárcel del Supremo Tribunal Federal (STF) por incumplir los términos de su prisión domiciliaria, luego de atacar a la magistrada del máximo tribunal Cármen Lúcia en redes sociales.
Pero durante ocho horas se atrincheró en su casa en la ciudad de Levy Gasparian, en el estado de Rio de Janeiro, y confirmó en un video publicado en redes que disparó, aunque supuestamente sin intención de herir a los agentes.
La Policía Federal indicó que Jefferson ofreció resistencia usando “armas de fuego y explosivos”, pero finalmente fue detenido en horas de la noche, “luego de una intensa negociación”.
Dos policías “fueron heridos por esquirlas de una granada lanzada” por el exlegislador, pero recibieron atención médica y se encuentran en buen estado, según la Policía Federal (PF), que reforzó la presencia policial en el lugar.
Jefferson fue trasladado a una sede policial y enfrentará además investigaciones por intento de homicidio, añadió la PF.
El jefe de Estado, que había enviado al lugar a su ministro de Justicia, Anderson Torres, repudió la “acción armada” y se solidarizó con los heridos.
“Quien dispare a la Policía Federal es un bandido”, dijo durante una entrevista televisiva en la noche del domingo, al tiempo que insistió en no tener vínculos con Jefferson, quien en 2020 dijo que el mandatario era su “amigo personal”.
Incluso más temprano en las redes sociales negó tener fotos con el exlegislador, pero los medios mostraron varias imágenes de ambos desde la llegada al poder de Bolsonaro en 2019.
El magistrado del STF, Alexander de Moraes, había ordenado el regreso a prisión de Jefferson alegando varios incumplimientos de los términos de su prisión domiciliaria.
Recientemente había atacado a la magistrada, llamándola “bruja” y “prostituta”.
Bolsonaro repudió las declaraciones contra la jurista, pero también condenó las investigaciones del STF contra Jefferson, que, a su juicio, se llevan adelante “sin ningún respaldo en la Constitución y sin actuación de la fiscalía”.
El incidente armado ocurre a una semana del balotaje presidencial, que enfrenta a Bolsonaro con el exmandatario izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, favorito en los sondeos.
“Las ofensas contra Cármen Lúcia no pueden ser aceptadas por nadie que respete la democracia. Crearon en la sociedad una parte violenta. Una máquina para destruir los valores democráticos. Esto genera un comportamiento como el que vimos hoy”, escribió Lula en Twitter, donde se solidarizó con los heridos.
La campaña ha estado marcada por enfrentamientos de Bolsonaro y sus aliados contra decisiones de la justicia así como de la autoridad electoral, que preside Moraes. También por una profunda polarización y casos de violencia política.
Lula faltó al debate
Con la ausencia del exmandatario Lula da Silva, el presidente Jair Bolsonaro fue el único participante del debate presidencial convocado por varios medios, entre ellos el canal de aire oficialista SBT.
“El otro lado se esconde creando noticias falsas en mi contra”, disparó Bolsonaro en el inicio del debate, que terminó siendo una entrevista con los periodistas del conglomerado de medios organizador, como CNN Brasil, Terra, Radio Nova Brasil, Radio Eldorado y el diario O Estado de Sao Paulo.
El líder del PT avisó que no iba a comparecer a este de SBT y a otro convocado por el canal Record, propiedad de la Iglesia Universal, aliada de Bolsonaro y que tiene un brazo político en el oficialista partido Republicanos.
Lula y Bolsonaro confirmaron que participarán del debate final del viernes 28 de octubre, en los estudios de TV Globo, dos días antes del balotaje del domingo 30.