En Myanmar, en el segundo día del golpe de Estado, el partido de la Liga Nacional por la Democracia pidió la liberación de su lideresa, Aung San Suu Kyi, y del presidente de ese país, Win Myint. Se desconoce dónde están detenidos.
Liberen a todos los detenidos, incluido el presidente (Win Myint) y la consejera de Estado (Suu Kyi)”, escribió la Liga Nacional para la Democracia (LND) en su página de Facebook.
Según un diputado de su partido, Aung San Suu Kyi estaría bajo arresto domiciliario en su casa en la capital, Naypyidaw.
Mientras, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se reúne de emergencia para abordar la situación y pese a la condena internacional, el jefe del Ejército de Myanmar dijo que era “inevitable” el golpe de Estado porque se desestimaron sus protestas ante el presunto fraude electoral de noviembre pasado.
China y Rusia han pedido más tiempo”, dijo un diplomático tras la reunión, que duró poco más de dos horas, solicitando el anonimato.
Durante la reunión, los 15 miembros del Consejo, que se comunicaron por videoconferencia debido a la pandemia de coronavirus, asistieron primero a un informe sobre la situación por parte de la enviada de la ONU para Myanmar, la suiza Christine Schraner Burgener, que no se encuentra en el país.
El Consejo de Seguridad está negociando una posible declaración, redactada por Gran Bretaña, que condenaría el golpe, pediría a los militares que respeten el estado de derecho y los derechos humanos y que liberen inmediatamente a los detenidos ilegalmente, dijeron diplomáticos. Tales declaraciones deben acordarse por consenso.
China, con el respaldo de Rusia, protegió a Myanmar de cualquier acción importante del Consejo después de que una represión militar de 2017 en el estado de Rakhine en Myanmar envió a más de 700 mil musulmanes rohingya a huir a Bangladesh, donde todavía están varados.
El secretario general de la ONU, António Guterres, y los estados occidentales acusaron al ejército de Myanmar de limpieza étnica, lo que negó.