Una explosión arrasó una mezquita repleta de fieles en la capital de Afganistán, Kabul, y dejó al menos 21 muertos y una treintena de heridos, según un nuevo balance divulgado este jueves por la policía.
“Ayer miércoles se produjo una explosión en una mezquita, durante la oración de la tarde. Como resultado, 21 de nuestros ciudadanos fueron martirizados y 33 resultaron heridos”, dijo el portavoz de la policía de Kabul, Khalid Zadran, en un comunicado.
Estado Islámico contra los talibanes
El portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, condenó la explosión y prometió que los perpetradores de tales crímenes “pronto serán llevados ante la justicia y serán castigados”.
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Por el momento, ningún grupo armado se ha adjudicado la autoría del ataque.
La filial local del autodenominado Estado Islámico ha redoblado sus ataques contra los talibanes, así como contra la población civil, desde la llegada del Talibán nuevamente al poder en agosto de 2021.
Tras la retirada de las tropas internacionales y la victoria de los talibanes, Afganistán enfrenta la violencia a cargo del Estados Islámico, a la vez que se ha sumido en una profunda crisis económica, en un escenario en el que la comunidad internacional desconoce al Gobierno talibán y congeló los fondos para el país.
Las minorías son las principales victimas del Estado Islámico
Hace una semana, un atacante suicida hizo detonar una bomba dentro de una madrasa en Kabul, matando a un alto clérigo talibán, Rahimullah Haqqani, y su hermano. Acción que fue reivindicada por el Estado Islámico.
Aunque la toma del poder de los talibanes hace un año ha disminuido la violencia en Afganistán, el país sufre regularmente ataques del Estado Islámico, habitualmente dirigidos a minorías como los chiitas, los sufíes o los sijes.
Los talibanes aseguran que han derrotado este grupo yihadista, pero los expertos aseguran que este sigue siendo un desafío de seguridad para el movimiento islamista.