José Eduardo dos Santos, quien dirigió Angola durante 38 años, murió este viernes en la clínica en la que llevaba dos semanas hospitalizado por una parada cardiorespiratoria, en Barcelona, anunció el gobierno de su país.
“El gobierno angoleño informa con gran dolor y consternación del fallecimiento” de Dos Santos, de 79 años, recoge un breve mensaje del gobierno en Facebook, en el que se explicaba que el expresidente murió por la mañana.
El Ejecutivo angoleño “se inclina con el mayor respeto y consideración” ante esta figura histórica que “gobernó con claridad y humanismo el destino de la nación angoleña durante años muy difíciles”, añade el comunicado.
Su sucesor al frente de este Estado africano lusoparlante, rico en petróleo, el actual presidente Joao Lourenco, decretó cinco días de luto en su memoria a partir del sábado.
La familia de Dos Santos había explicado a principios de mes que el exjefe del Estado sufrió el 23 de junio una “parada cardiorespiratoria”, y estaba hospitalizado desde entonces en cuidados intensivos.
A principios de semana, Tchizé dos Santos, una de sus hijas (opuesta al presidente actual) presentó una denuncia ante la policía por un “presunto delito de homicidio en grado de tentativa” contra su padre.
Tchizé dos Santos apuntó como responsables del deterioro de la salud de su padre a su esposa, Ana Paula, y a su médico personal, según fuentes de su defensa.
“Su hija desea que el cuerpo de su padre sea sometido a una autopsia, por miedo a que sea repatriado a Angola”, afirmó en un comunicado.
Nacido en un barrio de chabolas, Dos Santos, uno de los líderes africanos que más tiempo se mantuvo en el poder, fue acusado de aprovecharse de los recursos del país en beneficio propio.
Este antiguo revolucionario marxista dejó las riendas de su país, uno de los más pobres de África, en 2017.
Control total
A su llegada al poder, en 1979, Angola llevaba cuatro años sumergida en una cruenta guerra civil tras la independencia de Portugal, que dejó 500 mil muertos en 27 años de conflicto.
Tras el alto el fuego de 2002, José Eduardo dos Santos convirtió a Angola en el primer productor de petróleo del continente, en competencia directa con Nigeria.
Dos Santos, que apenas se mostraba en público, mantenía un férreo control sobre su partido, el Movimiento para la Liberación de Angola (MPLA), y durante casi cuatro décadas impuso su poder en el gobierno, el ejército, la policía y la justicia.
Bajo su régimen, se practicaba censura en los medios y las escasas movilizaciones en su contra eran duramente reprimidas.
Dos Santos nació el 28 de agosto de 1942 en Sambizanga, un barrio pobre de Luanda, foco del movimiento por la independencia de Angola.
Hijo de un albañil, estudiante becado, realizó estudios de Ingeniería en Azerbaiyán y se casó con una mujer soviética, Tatiana Kukanova, madre de su hija mayor, Isabel (una de las mujeres más ricas de África, según Forbes).
En los años 1970, Dos Santos se incorporó al Comité Central del MPLA y se convirtió en jefe de la diplomacia del país tras la independencia, en 1975. Cuatro años después, el partido lo nombró jefe del Estado.
A pesar de los cambios en la Constitución y las elecciones, nunca abandonó el poder. Tras gobernar la excolonia portuguesa durante 38 años, en 2017 Dos Santos designó a su exministro de Defensa como su sucesor. Quien fuera su leal aliado, sin embargo, lanzó una campaña para recuperar los millones de dólares que supuestamente habría desviado Dos Santos para enriquecer a su familia.