En España, protagonistas de un gran salto en las regionales del domingo en Castilla y León, el partido de extrema derecha Vox exige entrar en el Gobierno regional, un hecho inédito que podría alterar el tablero político en España, a menos de dos años de las elecciones generales.
Vox tiene el derecho y el deber de formar Gobierno”, dijo la noche del domingo el líder nacional de la formación ultranacionalista, Santiago Abascal, tras un resultado que le permite a la formación aspirar a la vicepresidencia de la región rural aledaña a Madrid.
El Partido Popular (PP, conservadores) ganó los comicios anticipados, con 31.4% de los votos, pero fracasó en su intento de obtener una mayoría suficiente para gobernar en solitario.
Los electores han hablado y nosotros exigimos respeto al veredicto del pueblo soberano”, prosiguió Abascal, con una sonrisa en el rostro.
Con 31 de los 81 escaños del Parlamento regional, el PP depende de Vox, que pasó de 1 a 13 escaños al obtener 17.6% de los votos, si quiere conservar el poder en este feudo que dirige desde hace 35 años.
Los socialistas del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quedaron en segunda posición con 30% de los votos y 28 escaños.
“Laboratorio”
España, país muy descentralizado donde las regiones poseen amplias competencias, la entrada de Vox en un Ejecutivo regional por primera vez tendría fuertes implicaciones políticas.
De concretarse, la región podría servir de “laboratorio” a Vox, que promueve la derogación de leyes contra la violencia machista o rechaza medidas para rehabilitar a víctimas de la dictadura franquista, así lo explicó Paloma Román, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid.
Y a menos de dos años de las legislativas previstas como muy tarde para principios de 2024, esta alianza, de materializarse, hace vislumbrar la posibilidad de tener ministros de Vox en un Gobierno de coalición si el PP y la extrema derecha obtienen mayoría en el Parlamento español.
En 2018, Vox generó un terremoto en la política cuando entró con fuerza en el Parlamento de Andalucía.
Era la primera vez desde la muerte del dictador Francisco Franco en 1975 y el restablecimiento de la democracia que un partido de extrema derecha obtenía escaños en un Parlamento regional.
Pero en Andalucía y en la región de Madrid, Vox se contenta con apoyar los Gobiernos regionales del PP sin formar parte de ellos.
A nivel nacional, Vox se convirtió en la tercera fuerza política en el Parlamento español en las legislativas de 2019, con 52 de los 350 diputados.