Internacional

Familia siria acoge a bebé que nació bajo los escombros del terremoto

El padre, la madre y los hermanos de la niña murieron en el derrumbe de su edificio de cuatro plantas por el terremoto que sacudió Turquía y Siria el 6 de febrero

Afraa Al Suwadi, una bebé que quedó huérfana en Siria al nacer bajo los escombros del devastador terremoto de principios de febrero, fue acogida por su nueva familia, así lo anunciaron sus familiares.

El padre, la madre y los hermanos de la niña murieron en el derrumbe de su edificio de cuatro plantas por el terremoto que sacudió Turquía y Siria el 6 de febrero, que hasta ahora ha dejado cerca de 46 mil muertos.

Los familiares sacaron de entre las ruinas a la bebé nacida bajo los escombros, y aún unida por el cordón umbilical a su madre muerta.

“Es mi alma, mi vida y el mundo entero para mí”, expresó Khalil Al Suwadi, su tío político, mientras acunaba a la niña en una tienda improvisada, envuelta en una manta y con un gorro rojo con un lazo negro.

Sus familiares la llamaron Afraa, en honor a su difunta madre. El vídeo de su rescate se hizo viral en las redes sociales y en la prensa de todo el mundo.

Tras pasar diez días ingresada en un hospital de una localidad cercana a Jindires, Afraa fue sometida a una prueba de ADN para asegurar su parentesco con Khalil Al Suwadi, que además es primo de su padre.

Suwadi, uno de los que la encontraron bajo los escombros, comentó: “el día que nos dijeron que nos la podíamos quedar mi alegría no tuvo parangón, fue indescriptible”.

“Esta niña es la memoria viva de su padre, su madre, sus hermanos y hermanas”, aseguró, explicando que algún día, cuando sea mayor, le contará la historia de su nacimiento.

Los niños huérfanos del terremoto en Siria

En un hospital del noroeste de Siria, Hanaa, de ocho años, pide todos los días noticias de sus padres y su hermana. No sabe aún que es la única de la familia que sobrevivió al terremoto.

El sismo que devastó regiones enteras en Siria y Turquía, ha dejado muchísimos huérfanos.

Ante un saldo de víctimas que no cesa de aumentar, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia(Unicef) teme una “cifra aterradora” de niños que perdieron a sus padres.

Hanaa fue rescatada de los escombros 33 horas después del terremoto en la localidad de Harim, cerca de la frontera con Turquía, donde se derrumbó el inmueble en el que vivía con su familia.

“Intentamos salvar su padre, un socorrista, su madre y su hermana, pero murieron todos”, afirmó Abdallah Charif, el tío de la niña, en el hospital vecino de Maarrat Misrine en el que fue ingresada.

Y agregó: “pide sin cesar noticias de su padre, su madre y su hermana. No osamos decirle la verdad. Respondemos que están en otra sección del hospital”.

En su cama de hospital, rodeada de globos de San Valentín, la niña de ojos claros intenta sonreír a pesar de las heridas en el rostro y un yeso en la mano.

Bassel Stefi, el médico que se ocupa de ella, explicó que llegó en estado crítico:

“Estaba deshidratada tras más de 30 horas bajo los escombros sin beber ni comer con este frío. Ahora está en la unidad de cuidados intensivos, su estado es estable, pero corre el riesgo de que haya que amputarle un brazo”.

El tío de Hanaa teme que el estado de la niña se agrave si se entera de la muerte de sus familiares, y prefiere recurrir a especialistas para anunciarle la noticia.

“Los niños están expuestos a graves riesgos psicológicos a raíz de la amplitud del shock”, explicó Samah Hadid, una responsable del Consejo Noruego para los Refugiados de Oriente Medio.

Hanaa sólo tiene a sus abuelos y tíos para criarla en esta región bajo control de los rebeldes, donde gran parte de la población ha llegado desplazada desde otras zonas de Siria en guerra.

“Su padre lo abrazaba”

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), más de siete millones de niños están afectados por el terremoto en los dos países, de los cuales 2.5 millones viven en Siria.

Para muchos de ellos, “es un traumatismo que se suma a otros traumatismos”, afirmó James Elder, vocero de Unicef.

“Cada niño de menos de doce años solo conoce el conflicto, la violencia y el desplazamiento” en Siria, añadió.

En la misma localidad de Harim, donde unos 35 inmuebles no resistieron el sismo, el pequeño Arslan Berri, de 3 años, fue el único en sobrevivir al derrumbe de su vivienda.

“La cada donde vivía mi hermana se desplomó. Pasamos tres días excavando, encontramos a su padre sin vida que lo abrazaba y tenía de las manos a sus otros dos hijos”, contó su tío Ezzat Hamidi, de 30 años.

Su madre fue hallada unos dos metros más lejos, según este familiar.

“Mi sobrino perdió a su madre, su hermana y sus dos hermanos. Corre el riesgo de que le amputen las piernas”, agregó el joven, que va de hospital en hospital con el pequeño en estado de schock para que reciba los cuidados necesarios.

El niño tuvo los miembros inferiores aplastados por los escombros, explicó el doctor Omar al-Ali del hospital de niños de Sarmada, quien dijo que además sufre además problemas en los órganos internos.

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