La adicción al fentanilo tiene dos caras, y de ellas, sólo una es foco de atención pública: el consumo ilegal de fentanilo como droga para el placer, promovida por los cárteles del narcotráfico.
La segunda cara de esta droga refiere al multimillonario negocio en el que se ha convertido para las grandes farmacéuticas del mundo: la adicción al fentanilo legal por medio de la medicación de analgésicos contra el dolor, prescritos, sobre todo, a personas de la tercera edad.
Esta prescripción sin límites legales ha llevado a un mercado negro de recetas de fentanilo que incluso son fáciles de conseguir vía internet.
Esta problemática pocas veces se aborda y, sin embargo, esta adicción se convierte frecuentemente en una causa de muerte.
Nadie cuestiona el mercado negro de recetas porque actualmente es un jugoso negocio de las farmacéuticas y de médicos, que, a cambio de viajes y dinero, recetan medicamentos a base de fentanilo, con el pleno conocimiento de sus consecuencias adictivas.
“La industria del fentanilo es tan rica y poderosa que su grupo de presión tiene influencia en nuestro Congreso y en nuestra Agencia Federal de Medicamentos, la FDA”, comentó Marcia Angell, editora en The New England Journalist of Medicine, EUA.
Médicos que no tuvieron reparo en recetar analgésicos a personas con padecimientos tan graves como cáncer, aterosclerosis múltiple, un tercio de ellas, adultos mayores.
También las y los jóvenes fueron víctimas: a sus 22 años, a quien llamaremos “Gilberto” fue recetado con Fentanyl por dolor de muelas: cayó en la adicción. Gilberto le contó a Playground, un medio digital estadounidense, cómo se inició en el mundo del fentanilo.
“Después de sacarme la muela de juicio, se terminó el Fentanyl, pero yo quería más, así que empecé a inventarme dolores para que me la recetaran. Era muy fácil, ibas a la consulta privada, pagabas y te daban la droga”, explicó Gilberto.
Baste un dato para medir el tamaño del negocio de farmacéuticas y médicos, y el tamaño del problema: el año pasado, tan sólo en los Estados Unidos, se emitieron 500 millones de recetas a particulares de medicamentos a base de fentanilo.
Una situación muy parecida al escándalo que cimbró a la sociedad estadunidense cuando se supo de la prescripción indiscriminada de opioides promovida por la farmacéutica Purdue, lo que provocó sobredosis y fallecimientos de los pacientes.
Directivos de la empresa sobornaron a cerca de 68 mil médicos; les ofrecieron comidas, viajes y dinero a cambio de recetar este analgésico. Su alto consumo redujo el control a su venta en las farmacias.
Familiares de las víctimas y autoridades de las comunidades afectadas interpusieron en los tribunales demandas millonarias contra esa farmacéutica Purdue.
En septiembre de 2021, un tribunal neoyorquino la obligó a pagar 4 mil 500 millones de dólares con indemnización a los demandantes, a condición de los dueños de la empresa, la poderosa familia Sackler, no enfrente más litigios judiciales.
“Esto se convirtió en un problema cuando los médicos comenzaron a recetar OxyContin. Y no se brindó suficiente educación a los pacientes sobre los aspectos adictivos de estas drogas”, comentó la analista Kimberly Ruble.
En Estados Unidos, los centros para el control de enfermedades documentaron cada hora, 12 muertes por sobredosis de fentanilo, metanfetaminas y otras drogas sintéticas en 2021, lo que llevó a 107 mil 622 fallecimientos ese año, cifra récord con un aumento del 15% respecto a 2020, cuando se registraron 93 mil 655 muertes por sobredosis.