La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, hizo hincapié en la necesidad de ayudar a los países en desarrollo a remontar la crisis económica provocada por el coronavirus, advirtiendo sobre el riesgo de que haya “recuperaciones peligrosamente divergentes”.
En este sentido, el G7 anunció un plan de infraestructuras impulsado por Estados Unidos para ayudar a los “países de renta baja y media”, desde Latinoamérica hasta el Pacífico, a recuperarse de la pandemia.
Bautizado “Reconstruir el mundo mejor” y estimado en cientos de miles de millones de dólares, tiene como claro objetivo rivalizar con un proyecto chino similar denominado “nuevas rutas de la seda”.
Pero este será “mucho más justo”, aseguró Biden, afirmando sin embargo que “no busca el conflicto” con Pekín.
El G7 pidió también un estudio más profundo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre los “orígenes del COVID-19”, con la participación de China, a quien urgió por otro lado a “respetar los derechos humanos” en la región de Xinjiang, hogar de la minoría musulmana uigur, y en Hong Kong, donde ha reprimido a los defensores de la democracia.