Los ministros de Medio Ambiente del G20, reunidos en Nápoles, reafirmaron este viernes su compromiso con los objetivos de la lucha contra el cambio climático, pero sin definir un calendario claro.
Las negociaciones fueron “particularmente complejas” reconoció el ministro de Ecología italiano, Roberto Cingolani.
Este acuerdo es fundamental para abrir la vía a la COP26″, la próxima conferencia sobre el cambio climático de la ONU, que debe celebrarse en noviembre en la ciudad escocesa de Glasgow, tras su anulación el año pasado a causa del COVI-19.
Sin embargo, dos artículos de los 60 de la declaración no pudieron ser consensuados, y quedarán para los líderes del G20, que juntos representan el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero del planeta.
El histórico Acuerdo de París (COP21) debe ser desarrollado en reuniones como la de Glasgow, y su principal objetivo es limitar a menos de 2 ºC el aumento de la temperatura media, y a 1,5ºC si es posible.
Todo el mundo está comprometido con la descarbonización del planeta” es decir, la dependencia de fuentes energéticas fósiles, explicó el ministro italiano.
Pero la cuestión es el calendario. Algunos países corren el riesgo económico de no poder cumplir”, añadió.
La fecha de 2030 como plazo para cumplir con la transición hacia fuentes de energía renovables fue el otro punto objeto de polémica.
El enviado especial de Estados Unidos, John Kelly, pidió a inicios de la semana que China se aliara con Estados Unidos para reducir urgentemente las emisiones de gases de efecto invernadero.
Hace dos semanas, una reunión de los ministros de Economía del G20 citó la imposición de un precio a las emisiones como posible herramienta para luchar contra el calentamiento del planeta.
Especialmente con la pandemia, todo el mundo reconoce que la transición a las fuentes de energía renovables es un instrumento para el crecimiento socioeconómico rápido y sostenible”, indicó un comunicado oficial tras la reunión ministerial. movimientos antiglobalización.