
Conseguir cualquier alimento que entra por aire o tierra a la Franja de Gaza es un peligro constante.
Las imágenes dadas a conocer de la zona registran a personas de todas las edades buscando comida entre escombros, basura y arena, lo que sea, con tal de llevar alimento a sus familias.
Parte de la comida es entregada por la Fundación Humanitaria de Gaza, en centros de distribución que son coordinados por Israel y Estados Unidos.
Anthony Aguilar, un veterano del ejército estadounidense que trabajó en la controvertida fundación, comparó la operación de distribución de ayuda con la saga “Los Juegos del Hambre”.
“Colocaríamos toda la ayuda en un sitio, en pilas y filas, como si fuéramos ‘Los Juegos del Hambre’. Cuando se distribuía, las Fuerzas de Defensa de Israel liberaban a la gran multitud. Luchan por sobrevivir, literalmente, para conseguir comida. Y luego, la seguridad de la UG los expulsó del lugar usando gas pimienta, gas lacrimógeno y granadas aturdidoras. También hicieron disparos de advertencia a la multitud que se marchaba”, contó.
Aguilar también relató cómo murió frente a sus ojos Amir, un niño palestino que solo buscaba comida, uno de los 80 que han perdido la vida cerca o dentro de estos sitios.
“Ni siquiera tenía una caja de comida. Tenía media bolsa de arroz que encontró en el suelo, una bolsa rota. Me besó y dijo ‘thank you’, en inglés. Los soldados israelíes disparan contra esa multitud. Palestinos, civiles, seres humanos caen al suelo alcanzados por las balas, y Amir es uno de ellos”, compartió.
En tanto, más de 600 exfuncionarios de seguridad israelíes retirados, incluidos exjefes de agencias de seguridad y del Mossad, pidieron al presidente estadounidense, Donald Trump, que presione al primer ministro, Benjamin Netanyahu, para que ponga fin a la incursión en Gaza.
Aseguran que Hamás ya no representa una amenaza estratégica para Israel.