La líder de ultraderecha italiana Giorgia Meloni, que con su partido posfascista obtuvo una victoria histórica en las legislativas, se apresta a convertirse oficialmente este viernes en la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra en su país.
La romana de 45 años, quien llega al poder exactamente un siglo después de Mussolini, se entrevistó por la mañana con el presidente de la República, Sergio Mattarella, en el marco de consultas previas al nombramiento de un gobierno con sus aliados Matteo Salvini, el dirigente populista de la Liga antimigrantes, y Silvio Berlusconi, el jefe de Forza Italia.
Estas consultas, que comenzaron ayer jueves 20 de octubre y terminan hoy al mediodía, deberían concluir con la esperada designación de Meloni, cuya coalición dominada por la extrema derecha dispone de mayoría absoluta tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.
Reunión Mattarella – Meloni
Durante su breve encuentro con Mattarella, Meloni, líder de Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia) propuso que se le confíe la formación del gobierno.
“Esperamos la decisión del presidente de la República y ya estamos listos, queremos proceder lo más rápido posible”, declaró Meloni al final de la entrevista.
La tercera economía de la zona euro vive, al igual que sus vecinos, una situación económica difícil debido a la crisis energética y la inflación.
La tarea de Meloni será ardua, ya que tendrá que mantener unidad una coalición que ya muestra fisuras.
Salvino y Berlusconi -que llegaron por separado con sus respectivas delegaciones al Palacio del Quirinal el viernes- rechazan aceptar la autoridad de esta mujer cuyo partido Fratelli d’Italia obtuvo un 26% de los votos en las elecciones del 25 de septiembre, frente al 8% de Forza Italia y el 9% de la Liga.
Incluso antes del nombramiento de Meloni, los medios de prensa de la península se hicieron eco de los múltiples cuestionamientos entre los tres dirigentes sobre el reparto de los puestos en el Parlamento y en el futuro gobierno.
Meloni, favorable a OTAN y Ucrania
Meloni, favorable a la OTAN y al apoyo a Ucrania ante Rusia, tuvo que enfrentar esta semana las polémicas declaraciones de Berlusconi, que afirmó haber “reanudado” sus contactos con Vladimir Putin y responsabilizó a Kiev de la guerra.
Las declaraciones cayeron en un muy mal momento, ya que la llegada al poder de esta coalición más bien euroescéptica es seguida muy de cerca por los socios de Italia en la Unión Europea.
Meloni se sintió obligada a aclarar el miércoles que Italia “forma parte plenamente y con la cabeza en alto” de Europa y la OTAN.
La composición de su gobierno también debería reflejar ese deseo de tranquilizar a los socios de Italia. En ese sentido, el expresidente del Parlamento Europeo Antonio Tajani, miembro de Forza Italia, es favorito para el cargo de ministro de Relaciones Exteriores, y Giancarlo Giorgetti, un representante del ala moderada de la Liga que ya fue ministro en el saliente gobierno de Mario Draghi, ocuparía la cartera de Economía.
Giorgia Meloni, oradora, cristiana conservadora hostil a los derechos LGBT+ y que tiene como lema “Dios, patria, familia”, prometió sin embargo que no tocará la ley que autoriza el aborto.
La líder posfascista y sus ministros podrían prestar juramento este fin de semana ante el presidente de la República.
Crisis económica
La inflación en Italia alcanzó 8,9% interanual en septiembre y el país corre el riesgo de entrar en recesión técnica el año próximo, al igual que Alemania.
El margen de maniobra es limitado por la colosal deuda pública, que representa150% del Producto Interior Bruto(PIB), el ratio más elevado de la zona euro detrás de Grecia.
Euroescéptica, Meloni renunció a militar por una salida del euro, pero prometió defender los intereses de su país en Bruselas.
El crecimiento italiano dependerá también de los cerca de 200 mil millones de euros (unos 195 mil millones de dólares) de subvenciones y préstamos acordados por la UE en el marco de su fondo de reactivación pospandemia.