En Estados Unidos, el gobernador de Texas, Gregg Abbott, continúa aplicando medidas punitivas para evitar el cruce de indocumentados.
Su más reciente orden a la policía texana fue regresar al Río Bravo a niños y mujeres con bebés lactantes que intenten llegar a suelo estadounidense.
También prohibió dar agua a solicitantes de asilo, a pesar de las elevadas temperaturas.
Estos hechos salieron a la luz gracias al testimonio del policía estatal Nicholas Wingate, quien envió un correo electrónico a sus superiores y al diario Houston Chronicle.
Wingate describió que estaba patrullando la zona de Eagle Pass a las 10 de la noche del 25 de junio, cuando él y elementos de la Guardia Texana encontraron un grupo de 120 personas, incluidos niños pequeños, que estaban “exhaustos, hambrientos y cansados“.
Cinco días después, la policía texana encontró a una niña de 4 años, la regresaron a territorio mexicano y se desmayó en la orilla del río por el calor.
“Nos dieron órdenes de empujar a la gente de regreso al agua para ir a México. Decidimos que esto no era lo correcto, con la posibilidad muy real de que personas exhaustas se ahogaran… Nos pusimos nuevamente en contacto con el comando y expresamos nuestras preocupaciones, y nos dieron la orden de decirles que se fueran a México”, narró el agente.
En otro episodio, el 1 de julio, la Patrulla Fronteriza informó que una madre y sus dos hijos luchaban por cruzar el río. Rescataron a la mujer y uno de los menores de edad, pero el segundo niño falleció en un hospital de Texas.
El cuerpo del segundo niño “nunca fue encontrado“, relató el policía.
Describió al alambre de púas como una “trampa inhumana” que debe eliminarse, ya que obliga a las personas a cruzar en otras áreas que son más profundas y no tan seguras para quienes llevan niños y bolsas.
Estas denuncias están siendo investigadas por la policía estatal.
En Washington DC, siete congresistas demócratas pidieron al fiscal general Merrick Garland que actúe para evitar que el gobernador republicano de Texas continúe con esta política migratoria, la cual ha sido condenada por la Casa Blanca.
Karine Jean Pierre, vocera de la Casa Blanca, declaró: “Si los informes son ciertos, es abominable, despreciable y peligroso”.