El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, propuso una serie de inversiones para acabar con las disparidades raciales en el ámbito laboral, de infraestructura, vivienda, educación y cambio climático.
Sabemos que durante generaciones las disparidades en nuestra economía y nuestra sociedad han hecho más difícil para las comunidades de color tener una parte justa en el sueño americano”, comentó la directora de la Oficina de la Casa Blanca para Asuntos Intergubernamentales, Julie Rodríguez.
Ya es hora de que se hagan inversiones esperadas por largo tiempo para afrontar el racismo sistémico y reconstruir nuestra economía y nuestra red de seguridad social para que todo el mundo en Estados Unidos pueda llegar a su potencial”, indicó.
Esta iniciativa está dentro del llamado Plan de Empleos estadounidenses presentado el miércoles por Biden con inversiones en infraestructuras y para la creación de puestos de trabajo, que aún debe recibir el visto bueno del Congreso y que incluye fondos para acabar con las desigualdades en varios ámbitos.
Según la Casa Blanca, el plan contempla 100 mil millones de dólares para programas de desarrollo de la mano obra, que tienen como objetivo capacitar a los estudiantes de minorías para los trabajos con mayor demanda.
También pretende estrechar la brecha digital, ya que, de acuerdo al texto, las familias de color y latinas tienen menor acceso a la banda ancha que las blancas.
Otro de los puntos mencionados fueron las infraestructuras.
Sabemos que los estadounidenses de color tiene dos veces más probabilidades que los blancos de depender del transporte público”, señaló Julie Rodríguez.
Por ello, el plan construirá infraestructuras de transporte y sistemas públicos más equitativos”, agregó.
En ese sentido, se invertirán 15 mil millones de dólares para un programa que pretende crear enlaces entre barrios peor conectados históricamente por las infraestructuras.
Otro de los apartados de la iniciativa es acabar con las desigualdades en materia de cambio climático.
El proyecto también incluye una inversión de 5 mil millones de dólares a lo largo de ocho años en programas para reducir la violencia con armas de fuego en las comunidades, 213 mil millones de dólares para vivienda asequible y 100 mil millones de dólares para reformar y construir nuevas escuelas públicas, entre otros.