El gobierno de Boris Johnson se enfrenta este viernes a un nueva acusación por la dimisión de un miembro del ejecutivo acusado de tocamientos, el último de una serie de casos similares dentro del partido conservador.
Los conflictos sociales se multiplican debido a la subida de los precios y, tras el “partygate”, ahora Boris Johnson debe enfrentar un nueva acusación. En una carta de dimisión fechada el jueves, Chris Pincher -encargado de la disciplina parlamentaria de los diputados conservadores- reconoció haber “bebido demasiado” y se disculpa por “la vergüenza que pasó e hizo pasar a otras personas”.
Según varios medios de comunicación británicos, el político de 52 años “toqueteó” a dos hombres -entre ellos a un diputado- delante de testigos, en un club privado del centro de Londres, el Carlton Club, lo que provocó quejas ante el partido.
Además, un diputado sospechoso de violación, sin ser nombrado, fue detenido y puesto en libertad bajo fianza a mediados de mayo. Otro renunció en abril por mirar pornografía en la Cámara de Representantes en su teléfono móvil en abril, y un exdiputado fue condenado en mayo a 18 meses de cárcel por agresión sexual a un adolescente de 15 años.
En estos dos últimos casos, los diputados dimitieron, provocando elecciones legislativas parciales y grandes derrotas para los conservadores, seguidas de la salida del presidente del partido, Oliver Dowden.