
El Gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente Donald Trump, endureció sus políticas migratorias al presionar a personas migrantes sin documentos para que se autodeporten de forma voluntaria, con la advertencia de que, en caso contrario, podrían enfrentar acciones legales que les impidan reingresar al país en el futuro.
Entre quienes se verían afectados se encuentran cerca de 900 mil personas solicitantes de asilo que ingresaron mediante la aplicación CBP One durante la administración de Joe Biden.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) envió correos electrónicos instándoles a abandonar el país, incluso si aún tienen permisos temporales de trabajo vigentes.
“Esperamos que la gente lo aproveche… porque si tenemos que pasar por el proceso judicial y expulsarlos, se les prohibirá reingresar”, declaró Tom Homan, encargado de la seguridad fronteriza.
Además, la administración Trump ha revocado las visas de aproximadamente mil 500 estudiantes universitarios que participaron en protestas pro Palestina durante el año pasado en campus de diversas universidades.
Al menos mil 400 personas podrían enfrentar procesos de deportación, según reportes de la Asociación Nacional de Asesores de Estudiantes Extranjeros.
Las acciones del Gobierno han generado rechazo en varias ciudades como Nueva York y Chicago, donde estudiantes, profesores y activistas denuncian represión política, censura y ataques a la libertad académica.