El Gobierno de Estados Unidos le pidió a México que reciba a más migrantes de Cuba, Nicaragua y Venezuela sujetos a una orden de expulsión por COVID-19, que la Casa Blanca ha estado tratando de remover públicamente, dijeron funcionarios mexicanos y estadounidenses.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, expresó su preocupación por el número creciente de cruces de migrantes de los tres países durante una visita en Ciudad de México, pero el Gobierno mexicano no prometió una acción específica.
En ese sentido, México aceptó el retorno estadounidense de migrantes de Guatemala, Honduras y El Salvador. En lo que va de año fiscal, de acuerdo con agencias de comunicación, unas 299 mil personas de esas naciones fueron expulsadas en la frontera, frente a unos 9 mil retornados desde Cuba, Nicaragua y Venezuela.
El esfuerzo de Estados Unidos, dijeron, para presionar a México sobre este problemática es que repercute dentro de la administración de Joe Biden. A la mayoría de las y los migrantes de estos países que cruzan a la Unión Americana se les permite quedarse para presentar solicitudes de asilo.
Arrestos de migrantes
Mientras tanto, agentes fronterizos de la Unión Americana han registrado un récord de 1.8 millones de arrestos de migrantes en lo que va del año fiscal 2022, lo que genera desafíos humanitarios y responsabilidades políticas para Biden antes de las elecciones de mitad de período del 8 de noviembre.
De esos arrestos en la frontera suroeste, detallaron, casi una cuarta parte de los migrantes procedían de Cuba, Nicaragua y Venezuela, frente a 8% en 2021 y 3% en 2020.
El Gobierno de Biden ha buscado públicamente poner fin a la orden de salud por COVID-19, conocida como Título 42, emitida a inicios de 2020 durante la administración del expresidente republicano, Donald Trump.
Esta norma permite a las autoridades fronterizas expulsar rápidamente a indocumentados hacia México u otros países sin la posibilidad de buscar asilo de Washington.
Activistas y muchos demócratas se oponen ferozmente al Título 42.
“Creo que esto realmente traiciona sus compromisos con la protección de los refugiados”, dijo Robyn Barnard, directora adjunta de Defensa de los Refugiados de la organización Human Rights First (HRF).
Acciones de México
En cambio, comentaron los expertos, México apunta a elevar los vuelos internos de migrantes desde su frontera norte a su límite sur para aliviar las presiones en el área transfronteriza. A este país le gustaría que Washington relaje las sanciones económicas contra Venezuela para ayudar a frenar el éxodo del país sudamericano y facilitar que los migrantes trabajen legalmente en Estados Unidos.
Agentes fronterizos de Estados Unidos en El Paso, Texas, declararon haber liberado a cientos de migrantes detectados cerca de refugios y estaciones de autobuses de la ciudad para reducir el hacinamiento en sus instalaciones.
El Gobierno de Estados Unidos también está explorando formas de llevar la responsabilidad a otras naciones más allá de México. Por ejemplo, la Casa Blanca quiere que Panamá acepte a las y los venezolanos deportados si pasaron por la nación centroamericana de camino a Estados Unidos, dijeron dos de los funcionarios estadounidenses.