Cuando se cumple tres meses del inicio de la invasión rusa en Ucrania y conforme avanza la limpieza de escombros, un grupo de trabajadores encontró 200 cadáveres entre las ruinas de un edificio en la devasta Mariúpol.
El alcalde de la ciudad, Vadym Boychenko, precisó que los cuerpos estaban en alto grado de descomposición.
Por otro lado, en Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, el Metro reanudó el servicio, tras el repliegue de las tropas rusas que no pudieron tomar la ciudad.
Las autoridades pidieron a las personas que se refugiaban en los túneles del Metro dejar el lugar y les ofrecieron alojamiento temporal.
Mientras tanto, Rusia intensificó este martes su ofensiva contra los últimos focos de resistencia en la región ucraniana de Lugansk, en la cuenca del Donbás, y se dijo determinada a alcanzar todos sus “objetivos” en la guerra, que entró en su cuarto mes.
Asimismo, Ucrania consiguió alejar a las fuerzas invasoras de Kiev y Járkov, pero reconoce “dificultades” para contener la ofensiva en el Donbás, que incluye las regiones de Lugansk y Donetsk, ya parcialmente controladas desde 2014 por los separatistas prorrusos.
“Las próximas semanas de guerra serán difíciles”, había advertido el lunes el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Rusia invadió Ucrania el pasado 24 de febrero, con los objetivos declarados de “desnazificar” Kiev, defender a las poblaciones de habla rusa y de prevenir un acercamiento de la exrepública soviética a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).