Grupos pro derechos civiles estadounidenses iniciaron una batalla legal para derribar la Ley SB4 de Texas, que criminaliza a los migrantes y los expulsaría de ese estado de manera expedita.
Un juez federal en Austin dio entrada a la demanda en la que solicitan declarar inconstitucional la norma promulgada por el gobernador texano, el republicano Greg Abbott.
Las organizaciones defensoras de migrantes argumentan que la ley estatal rebasa indebidamente las competencias de la autoridad federal.
La norma, programada para entrar en vigor el 5 de marzo próximo, prohíbe a los inmigrantes sin documentos solicitar asilo u otras protecciones humanitarias al Gobierno de Estados Unidos. Además, otorga a los funcionarios estatales amplios poderes para arrestar, procesar y deportar a personas que crucen sin documentos la frontera de México a Estados Unidos.
La Casa Blanca se pronunció en contra de la legislación de Abbott, calificándola como una ley extrema que no hará que las comunidades de Texas sean más seguras.
“Esta es una ley extrema que no hará que las comunidades de Texas sean más seguras. Simplemente no es así”, expresó Karine Jean-Pierre, vocera de la Casa Blanca.
Mientras tanto, los tribunales de migración para resolver solicitudes de asilo tienen un rezago de más de tres millones de casos.
La Oficina Federal de Prisiones en la frontera sur desplegó personal y recursos para apoyar a los agentes fronterizos con el transporte de migrantes sin documentos.
Tan solo este lunes se reportaron 12 mil 600 cruces de personas sin documentos, la cifra más alta jamás registrada en un día.
Además, otros miles de migrantes sin papeles esperan en la frontera, del lado mexicano.