La guerra entre Israel y Hamás, en Gaza, cumplió 10 meses sin viso de acabar y bajo el espectro de la apertura de otros frentes tras el asesinato del jefe del movimiento islamista palestino en Irán y del comandante del Hezbolá libanés en Beirut.
Los enfrentamientos iniciaron en la madrugada del 7 de octubre de 2023, Hamás lanzó un ataque a gran escala contra Israel. Simultáneamente con el lanzamiento de cohetes, los militantes volaron la valla fronteriza entre Gaza e Israel en varios puntos y entraron en territorio israelí por tierra, mar y aire.
En consecuencia a este ataque murieron más de mil 200 personas, israelíes y extranjeras, y más de 100 personas fueron tomadas como rehenes por Hamás. Desde entonces, Hamás ha seguido lanzando cohetes contra Israel, este a su vez responde.
La mayor parte de la población de Gaza, de 2.2 millones de personas, está desplazada internamente y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha advertido que la mitad de la población corre riesgo de morir de hambre.
Asimismo, el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza anunció que 35 mil 34 personas han muerto desde el inicio de la guerra con Israel hasta mayo del 2024. Pero la cifra sigue aumentando día con día.
Asesinato del jefe del movimiento islamista
Hamás nombró a su dirigente en Gaza, Yahya Sinwar, para reemplazar al jefe del movimiento Ismail Haniyeh, asesinado el 31 de julio en Teherán. El atentado no fue reivindicado, pero Irán y Hamás acusaron a Israel de realizarlo.
Israel acusa a Sinwar, de 61 años, de ser uno de los cerebros del ataque lanzado el 7 de octubre por Hamás en territorio israelí, que desencadenó la guerra. Sinwar no ha aparecido en público desde ese día.
El canciller israelí, Israel Katz, consideró que el nombramiento de Sinwar como jefe de Hamás “es una razón más para eliminarlo rápidamente”.
Horas antes del asesinato de Haniyeh, un bombardeo, reivindicado por Israel, mató a Fuad Shukr en un suburbio de Beirut, el comandante militar del movimiento islamista Hezbolá, aliado de Hamás y respaldado por Irán.
Los dos atentados pusieron al rojo vivo a la región y amenazan con extender el conflicto de Gaza. Ante esta situación, la comunidad internacional trabaja contrarreloj para intentar calmar la situación y relanzar las negociaciones con vistas a un alto el fuego y la liberación de los rehenes retenidos en Gaza.
Los contactos diplomáticos se multiplican, especialmente entre los países mediadores en el conflicto en Gaza: Estados Unidos, Catar y Egipto.