- Las relaciones entre México y Estados Unidos han sido complejas históricamente. Con republicanos o demócratas en la presidencia.
Las elecciones de este tres de noviembre definirán la permanencia de Donald Trump otros cuatro años o el ascenso de Joe Biden.
¿Qué puede esperar nuestro país, los mexicanos, nuestros compatriotas migrantes, las empresas e incluso nuestros dreamers? El doctor Eduardo Rosales, catedrático de la Facultad de Estudios Sociales Acatlán de la UNAM, vislumbra las posibilidades.
No habría que generar muchas expectativas de un cambio sustancial. ¿Por qué? Porque la política exterior de un Estado difícilmente cambia”, señaló el doctor Eduardo Rosales Herrera.
Y en este caso hay varios elementos que complican una transformación de fondo en el trato, explica Rosales Herrera:
- La relación bilateral conlindante más importante del mundo
- La economía estadounidense es 20 veces más grande que la mexicana
- Nuestra economía es subordinada y dependiente de los Estados Unidos
- El 80% de nuestras exportaciones tienen como destino la Unión Americana
En opinión del internacionalista, podríamos esperar apenas un trato menos agresivo o estridente.
Quizá lo que pudiésemos sí esperar es un cambio de forma, ¿si?, pero no un cambio de fondo. Trump, bueno, está en la lógica de este nacionalismo, de esta xenofobia, de este ser antimexicano, antilatino, xenófobo, y él no ha tenido reparos en agraviar, en denostar e insultar a los mexicanos; con Biden en la Casa Blanca y Kamala Harris como vicepresidenta, habría matices favorables”, explicó el catedrático de la FES Acatlán.
“El lenguaje sería mucho más moderado, si?, y quizá en algunos temas como el migratorio habría matices, sí?, matices relativamente favorables a nuestro país, aunque en esencia no cambiaría”, añadió.
- Deportaciones
Al respecto, el doctor Rosales Herrera señaló que “el señor Obama, con todo y que era demócrata, con todo y que metía posiciones multilateralistas, con todo y que es algún parteaguas por ser un mulato que llegaba a la presidencia de los Estados Unidos, pues tuvo la mayor cuota de deportaciones de las que se tenga memoria”.
Rosales Herrera no duda que la construcción del muro, que ya abarca un tercio de los tres mil 185 kilómetros de frontera común, continúe si gana Biden, aunque de manera silenciosa. Como fue con Bill Clinton y Barack Obama.
Aunque el demócrata recién afirmó que propondría una reforma migratoria para abrir el camino a la legalización de once millones de indocumentados, el catedrático de la UNAM lo pone en duda.
Estados Unidos no va a abrir las fronteras. Ni su economía lo permite, no demanda en estos momentos gran cantidad de mano de obra”, puntualizó.
En la parte comercial, considera que el vecino del norte tiene resuelto el tema con un nuevo tratado de primera generación, el T-MEC, impulsado por Trump, que apoyará el empleo en aquel país. Y con otros candados.
Para el catedrático, “nos metió en la batalla geopolítica que tiene contra China porque ahora no podemos, pues, en la realidad de facto, establecer un acuerdo de libre comercio con China, bueno tampoco Canadá”.
- Al final de la historia, Eduardo Rosales advierte que más allá de ideologías o vecinos, esa nación tiene algo que mantendrá compleja la relación. “Estados Unidos no tiene amigos, tiene intereses”, puntualizó.