El primer ministro holandés, Mark Rutte, anunció el martes la flexibilización de las medidas contra COVID-19, entre ellas la suspensión del toque de queda y la reapertura parcial de las terrazas de los cafés, a partir del 28 de abril.
La imposición en enero de un toque de queda, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, desató los peores disturbios en Holanda en décadas.
Por supuesto que estamos felices que esto sea de nuevo posible, porque la sociedad aspira a más libertad”, declaró Rutte en una rueda de prensa.
Sin embargo, advirtió que se trataba de una “etapa muy prudente”.
Las terrazas podrán reabrir entre las 12:00 y 18:00 horas y recibir a un máximo de 50 personas al mismo tiempo, precisó el dirigente.
Los holandeses estarán autorizados a recibir dos invitados en casa por día, en lugar de una persona actualmente.
Desde el inicio de la pandemia, Holanda, con una población de unos 17 millones de personas, registró más de 1.3 millones de contagios y más de 16 mil decesos debidos al COVID-19.